Preámbulo

En las noches frías es donde sueño y te encuentro. Sueño que esa noche ya no es fría porque a mi lado estás con tu cuerpo desnudo y tu alma abierta a mis mágicas y tiernas lujurias que se combinan para ti. Sin dejar que abras tus ojos y te despiertes suavemente mi nariz recorre gran parte de tu cuerpo. Identificando cada aroma de tu piel, cada matiz de finas partículas que enamoran mi vida a los latidos de la tuya. Y te siento respirar fuerte y relajada. Cálida para mí, húmeda para mi cuerpo, excitada en sueños para mis sueños.
Y entonces poco aguanto tan cerca estar de ti que mi nariz se conjuga a mi boca para seguir el aroma y el sabor de tu piel suave. En medio de la noche recorre ahora mi rostro y mis manos cada tejido que une tu piel. Y me excita este candente paseo por tu cuerpo dormido y tu alma despierta. En mi cuerpo todo fluye y se llena de sangre y fuego. Mis manos tiemblan suaves a tu contacto. Mi boca busca tu cuello, mi olfato busca tus deseos. Mi pelvis aprieta tu piel.
Sobre tu cuerpo que deseado se siente llevo mis ojos arriba para ver tu cándido despertar en medio de la oscuridad y el recorrido de mi piel. Mis manos ahora recorren tu piel algo más debajo de tu ombligo. Se meten en tus labios húmedos y afiebrados. Ellos se abren para mis dedos y un gemir profundo aparece de tu boca acompañando la apertura de tus párpados. Tus ojos se clavan sobre los míos y mis dedos se clavan en tu cuerpo cavernoso. Te aprieto más adentro para saber más de ti. Quiero explorar el fuego de tu interior y ese jardín de flujo candente en el cual jadearé en lo que resta de noche. Y tu gemido se vuelve un leve grito de placer y tu cuerpo comienza a retorcerse queriendo saber más del mío.
Bajo mi cuello y busco tus pechos. Tus manos atrapan mi cabeza y me hunden a tu cuerpo. Siento mi sudor mezclado al tuyo y cómo ambos se transforman en un suave charco de caliente densidad por el cual mi cuerpo entero resbala. De mi boca también emergen gemidos y profundas tomas de aire. Quiero comer cada recoveco de tu piel, tus poros y tus vellos. Eres para mí en ese momento y así mis manos y mis pies te lo hacen saber.
De frente estoy pegado en tus labios. Mi lengua roza un punto de tu piel que te hace estremecer. En mi boca se vierte el jugo de tu vida y deja mi aliento sabor a tu cuerpo y tu piel y tus deseos. Me quedo ahí como queriendo tragar tu cuerpo partiendo de tu entrepierna. Me hundo en ella para estar dentro de ti. Me aprieto a ti y te oigo jadear fuerte y agudo. Me enamoro de ti. Te quiero en ese instante de esa forma cada noche y por cada minuto de esas noches.
Me incorporo y tomo tus manos. Las llevo más arriba de tu cabeza. Sobre ti estoy y junto a tus sueños viajo para verlos disfrutar y sentir que son parte de otra vida, de mí vida. Extendida estás bajo mi cuerpo extendido. Tus piernas se abren diciéndome que deseas de mí. Nuestros rostros uno frente al otro. Mis ojos de susto y placer se clavan en los tuyos, Mi boca tiembla, mis manos aprietan las tuyas. Tus uñas se clavan en mi piel. Y no puedo despegar mis ojos de tus ojos. Te quiero para mí. Eres mi deseo, mi sueño y el motivo de mi viaje. Jadeo. Me acomodo frente a ti. Y te penetro.

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