Si los humanos tuviésemos alas
Si los humanos tuviésemos alas viviríamos en las alturas y a nivel del mar, tal y como a veces lo hacemos ahora. Si tuviésemos alas éstas se desarrollarían entre la doceava y dieciseisava semana de gestación. En las ecografías las orgullosas madres podrían ver los ojos de sus hijos, las manos pequeñas y las nacientes alas. Si el padre de ese niño tiene buenas alas, entonces hay esperanzas de que su hijo también las tenga. Luego de nacidos, conforme aprendemos a caminar, hablar y mentir, también aprenderíamos a mover nuestras alas y poder volar. En los jardines infantiles existiría la materia de vuelo primario. Algunos niños nacerían con las alas atrofiadas y habría tratamientos para ellos. Otros, simplemente nacerían con una sola ala o con ellas a la mitad. Y ellos serían llevados a centros de rehabilitación donde corregirían sus alas o les darían unas de metal, pero que sólo les permitirían volar a dos metros de altura, nada más.
Los niños con las mejores alas irían al “centro de vuelo de alto rendimiento”. Allí desarrollarían el arte de volar, imitarían a sus ídolos del vuelo y se alzarían como cheques a fecha para sus padres. Los niños con buenas alas, pero sin dinero nunca llegarían a las olimpiadas del aire. Usarían sus alas para transportar gente pequeña, bultos o para algún tipo de tráfico ilegal. Habrían voladores rápidos y otros más lentos. Los hombres con alas más grandes serían más atractivos y viriles. Los de alas pequeñas tendrían problemas para encontrar pareja. Las mujeres agregarían cremas a sus alas para hacerlas tersas, las llevarían a la costa para tostar sus bordes y lucir sus alas hermosas. Algunas operarían sus alas para hacerlas más delgadas y apetecibles. Otras incluso sacarían algunas partes de sus alas.
Su alguien cayese rompería sus alas y estaría un par de meses sin volar. Trataría sus alas en la “air-traumatología” y debería guardar reposo acostado de estómago en su hogar.
Si los humanos tuviésemos alas nuestras ropas tendrían diseños para cuidarlas del sol, el frío y la lluvia. Habría mochilas más anchas y algunos “sujetadores de alas” para aquellos que han perdido su fuerza. Las modelos de altas pasarelas exhibirían los diseños top de ropa para alas. Mientras sus alas serían las más bellas del planeta.
Algunos osados competirían contra águilas y cóndores. Algunos morirían colisionando con montañas y quebradas. Algunos osarían con sus alas llegar a la atmósfera, pero por alguna extraña razón sus alas de doblarían solas y caerían en picada. Otros temerarios volarían solo con un ala y otros aprenderían a planear.
Los más adinerados congelarían sus genes de alas y otros las manipularían para hacerlas aún más aptas para volar. Ya en las postrimerías de la vida nuestras alas pederían fuerza y peso. Algunas perderían pelos y otras generarían más pelos. A algunos sus alas se les caerían. Otros tomarían pastillas para no perder el uso de sus alas. Otros donarían sus alas al momento de morir y uno que otro se suicidaría mutilando sus alas.
Nuestras alas estarían en la espalda. Nacerían del omóplato y llegarían en punta a nuestra cintura. Los negros tendrían alas más grandes y los japoneses desarrollarían alas artificiales. Existirían incluso esteroides para ampliar nuestras alas.
Si los humanos tuviésemos alas viviríamos en las alturas. Caeríamos al mar a nuestro antojo y conviviríamos aún más con las estrellas. Si los humanos tuviésemos alas, vendrían soldados a tratar de cortárnoslas.
Los niños con las mejores alas irían al “centro de vuelo de alto rendimiento”. Allí desarrollarían el arte de volar, imitarían a sus ídolos del vuelo y se alzarían como cheques a fecha para sus padres. Los niños con buenas alas, pero sin dinero nunca llegarían a las olimpiadas del aire. Usarían sus alas para transportar gente pequeña, bultos o para algún tipo de tráfico ilegal. Habrían voladores rápidos y otros más lentos. Los hombres con alas más grandes serían más atractivos y viriles. Los de alas pequeñas tendrían problemas para encontrar pareja. Las mujeres agregarían cremas a sus alas para hacerlas tersas, las llevarían a la costa para tostar sus bordes y lucir sus alas hermosas. Algunas operarían sus alas para hacerlas más delgadas y apetecibles. Otras incluso sacarían algunas partes de sus alas.
Su alguien cayese rompería sus alas y estaría un par de meses sin volar. Trataría sus alas en la “air-traumatología” y debería guardar reposo acostado de estómago en su hogar.
Si los humanos tuviésemos alas nuestras ropas tendrían diseños para cuidarlas del sol, el frío y la lluvia. Habría mochilas más anchas y algunos “sujetadores de alas” para aquellos que han perdido su fuerza. Las modelos de altas pasarelas exhibirían los diseños top de ropa para alas. Mientras sus alas serían las más bellas del planeta.
Algunos osados competirían contra águilas y cóndores. Algunos morirían colisionando con montañas y quebradas. Algunos osarían con sus alas llegar a la atmósfera, pero por alguna extraña razón sus alas de doblarían solas y caerían en picada. Otros temerarios volarían solo con un ala y otros aprenderían a planear.
Los más adinerados congelarían sus genes de alas y otros las manipularían para hacerlas aún más aptas para volar. Ya en las postrimerías de la vida nuestras alas pederían fuerza y peso. Algunas perderían pelos y otras generarían más pelos. A algunos sus alas se les caerían. Otros tomarían pastillas para no perder el uso de sus alas. Otros donarían sus alas al momento de morir y uno que otro se suicidaría mutilando sus alas.
Nuestras alas estarían en la espalda. Nacerían del omóplato y llegarían en punta a nuestra cintura. Los negros tendrían alas más grandes y los japoneses desarrollarían alas artificiales. Existirían incluso esteroides para ampliar nuestras alas.
Si los humanos tuviésemos alas viviríamos en las alturas. Caeríamos al mar a nuestro antojo y conviviríamos aún más con las estrellas. Si los humanos tuviésemos alas, vendrían soldados a tratar de cortárnoslas.