Miedo (homenaje a la ola del mar)


Miedo. Miedo de pasar debajo de ella. Miedo de su frío y su calor. Miedo después de escuchar que su cercanía miedo producía. Miedo al verla avanzar amplia, gigante, majestuosa, poderosa y sutil. Los gritos del pueblo. Su arremetida improvisada. Su diversión que en instantes se convierte en muerte y dolor. Su cara de espuma blanca trazada de lazos verdes y azules. Su aroma a animal y plantas. La vida de quienes con ella se fueron y apagaron su ímpetu y su color de piel. Miedo de verla y de actuar con ella. Miedo de voltear mi espalda a causa de su fuerza. Miedo de no volar con ella. Miedo de extrañar su frío y su húmeda manera de acariciar.
La extraño. La deseo y la busco sin mover mucho mis pies. La quiero para mí. De vuelta en sus rojizas tardes y calurosas mañanas. Voy en busca de sus pares y parientes. Algo tendré que hacer para ver su capa mágica de escondite de los valientes y tumba de los osados. Es bella y grandiosa. La más linda y la más peligrosa. Es la ola de los mortales y de los inmortales que con ella alcanzan su trascendencia espiritual.
Miedo. Miedo tengo de pasar debajo de ella. De doblar mi espalda y mis pies. De cansar mis brazos y hacerlos débiles, pero fuertes con el tiempo. Miedo tengo de sumergirme en su abrazo y nunca más salir de ahí, como a muchos les pasó. Miedo tengo de su calor y de sus arenas. Y por ese miedo que tengo es que debo ir por ella y doblar mi espalada y mis pies a sus súplicas de sumisión y respeto reverencial. Voy ahora que respiro y que aún me queda movimiento. Su frío me paraliza, pero mi miedo enfrentado traerá mayor satisfacción. Sí, miedo tengo, pero es rica sensación. Es deber de los hijos del desierto y las arenas enfrentar el frío y la fuerza, la corriente que absorbe y los latigazos que parten las columnas. Voy por ella. Voy con miedo. Voy por mí y por mi vida. Porque su frío me hace despertar y el miedo me hace vivir.
Si mi espalda fluye bajo sus brazos, entonces no hay quien saque los pies de mis sueños. Voy por ti. Me sumerjo en tus propios deseos y en tus propios destinos. Voy a ti mi ola hermosa. Voy por el brillo que mis ojos siempre han tenido frente a ti…

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