Es y se hace


Éste es. El que piensa en la sangre que le une y en el aroma que de ella sale recordando un vacilante pasado. Una vergüenza material, histórica e irónica; una ironía y un motivo de burla. Éste es el. El que cuestiona los contenidos del cerebro y las propiedades de sus imágenes. Aquel molde casi exacto hecho con materiales de ego, de persistencia, de huídas; rociado con ira y algo de honor; nunca un sádico, mas no ingenuo.
Provoca el color y el sonido de la caja más tonta, el cubo y el plano de la evolución, un estruendo de desacuerdo con la creencia de la masa construida desde una ignorante y simple visión; desde una mala palabra y elaboración que se muestra indiferente a lo subjetivamente objetivo de las maravillas magnamente humanas que existen.
De todos modos busca participar porque oírse y ser oído le reportar los rollos de orgullo necesarios para la sobrevivencia y para la legitimación. Los busca y no se va porque es también elegante quedarse y saber pelear y no verse en el fondo de un foso.

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