Voces de diario

Ávido de tener sobre mi cuerpo sus sueños y congojas
Me recuesto sobre las arenas, sobre las arenas que siempre han albergado los recuerdos de sus sigilosas muestras de bello amor
Sobre mi cuerpo blanco y de justa textura sus brotes de vida íntima se posan como lienzas de cariño y eterna confianza
Y asumo mi rol de diario, su diario
Yo diario sobre un velador que nunca debí abandonar
Diario perteneciente a manos suaves y bella boca cerrada
Y sueño como un diario con la mente vacía
Sólo para sus letras
Para su vida y todo cuanto de ella explota cerca del mar
Para esa voz que sobre mi cuerpo escribe son las páginas en blanco
Y las que se tiñen del color de los recuerdos
De esos que pidieron una vuelta en los destinos guardados en recovecos
Diario de su mente
Diario de su corazón
De sus conflictos y deseos
Como mi cuerpo de diario recuerda su piel y sus ojos cuando el conflicto y deseo también era yo
Yo su diario
Que guarda en cada vuelta de página el sonido de las olas y mis brazos en su espalda de arenas
Nunca un diario fui y hoy mi honor es serlo
Porque en él se escriben los momentos que trascienden una vida
Lapsus que en el espacio se transforman en inflexión del destino
En él se posan con su voz letras que han de cambiar los cursos de una vida hermosa, cauta y ocupada
Una vida cuyo corazón se despliega en cada aroma que la reclama y en todas las vidas que ella ama
Ilusiones y mundo inciertos
Una vida en una cúspide de sus momentos
En la afrenta que busca entre su corazón y su cabeza
Toda respuesta que la lleve a soñar
Y todo diamante que seccione celdas hechas de cristales
Y he ahí que voy en su bolsillo o sus bolsos
Entre sus cuadernos y obligaciones
Entre sus gustos y sus pasiones
Dispuesto a cubrir mi cuerpo de su vida
A cubrir mis hojas de sus lágrimas y sus alegrías
Ser un diario es tomar su mano y pasear con ella
Escucharla o verla sólo observar su propia vida
Y decidir en ella y también para ella
Como un profesional de las locuras debe haberlo dicho… según ella
Soy su diario porque antes de sus manos que escriben existí en su corazón
Y en su cuerpo que aún crecía

Lo que sus pensamientos escriban
Será todo cuanto la lleve a habitar el más fértil de los jardines
Y quiero que aún escriba

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