Cuando no hay sonidos para describir los sentidos

Sonrío de amor cálido que trata de responder por qué no ha de consumarse

Cómo quisiera llegar a encontrar aquella sonrisa perdida

Y la propia caída deja que su espacio obtenga para la introspección.

Sentir lágrimas de su respiro derrumbó cada piso de arena

Cada gota que erosionó toda cumbre protegida

Cada vez que sus ojos de brillo no acudieron a cruzar una mirada

La absoluta confusión se mezcló con la culpa adjudicada.

Por qué no obtengo un trazo de palabras que suene coherente

Cómo sucede que de esa habitación que los protege permita la pérdida de su sonrisa

Si el espacio de la inconciencia desea ver su alegría eterna junto a cada mañana de su vida.

No sabe qué decir para que hablen sus palabras siempre elocuentes que hoy se desconciertan

Dirá siempre al cielo que los une que todo daría para secar los sentimientos de sus ojos

Y para elevar los propios presentar disculpas a la portadora del silencio

Ella que es su planeta y su sueño.

Es una plena ilusión pertenecer a un tesoro que aguarda por el mismo deseo que lo atesora en su horizonte

Y toda esperanza que implora nunca se disuelva

Pues es su mismo destino que hoy camina sobre piedras

Pero que espera por un jardín que sólo crece en el planeta de los irreales

Donde sólo ellos conocen sus aromas y colores.

Cómo extraña el ser sin conciencia la suavidad de su existencia

Sus brazos en su espalda, el perfume de sus arenas

No quiere perder el destino de su órbita

Desea explicar cómo añora su alegría

Que se esmera en su felicidad

Y que no entiende cómo no logra crearla

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