Ultimátum

Supongo y creo que es una enfermedad del alma. De esas que siempre evité siendo un arrogante individuo sin emoción ni penas en el mundo. Pero la verdad no se qué hay en este oscuro sentido que me tiene pegado a un lugar que no es mío ni un tiempo que quiero para mí. Tengo mi cuerpo lleno de preguntas y círculos que nunca tuvieron tiempo de sanar. Y cada vez que mayor me hago me es más difícil dejar de sentir que soy un esclavo. Que mi voluntad no es valiente porque sigo aquí. Pienso en todo lo que no quiero ser y eso mismo soy. Pienso en todo lo que no quiero para mí y eso mismo tengo. La soledad del silencio se queda conmigo cada día y cada noche. Y cuan inexperto busco y busco qué hacer para ser feliz y nada encuentro. Aquí no sirve un libro ni una palabra. No sirve un viaje ni sumergirse en sustancias prohibidas. Creo haber olvidado cómo es ser libre. Cómo se hace para lograrlo. Para desarrollar en mi mente los sonidos y ritmos que me lleven donde quiero que el viento pegue en mi cara. Ser de otro planeta duele en estos momentos. Sentirte en un lugar equivocado también aguijonea ese mismo dolor. Y siento que toda capa de arena se vino abajo. Y ya mis pies descalzos no los veo porque están tapados y pegados en pisos hirvientes. Mi vida pide defensa. Mi corazón pide descanso. Mi mente no quiere pensar. Nada de lo pensado me ha llevado a un jardín de bellos aromas. Más aún, todo lo hecho ha sido en vano. Y ya no quiero extrañar más.

Por lo menos algo no ha cambiado… Los paisajes que solo visité de niño y que siempre volvían a mí ahora otra vez se han manifestado. Es un silencio. Es un oculto recoveco para recostar el cuerpo. Tal parece que debo recordar por largo tiempo todo aquello que he dejado. Todas las sonrisas y caricias que creí nunca servirían. Espero nacer… Y no saber escribir…

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