Una afrenta. Una protección
La unión de la vida que se piensa y aquella que se percibe
Que deja la decisión a la facultad de cierta alma o un tipo de energía que precede a la misma válida objetividad
Hoy fue un fuerte dolor
Una punzante deformación física que huyendo de la pena buscó romper las paredes de la piel
Las capas que cubren los latidos del pecho y los recuerdos del olfato
Y aún así un singular payaso asumió ser envenenado
O tal vez sobrecargado de odio y maldición sobre su espalda encorvada, obligada a enderezar su resistencia
Y entonces sumió su alarido de sobrevivencia en la insolencia absoluta
Su defensa es el insulto y la pelea
Sacar de cuajo manos y pies que golpean sobre los ojos
Que pretenden la miseria y el padecimiento de los ególatras e individuales
De los informales y sarcásticos
De la libre búsqueda de errores para aprender
Hoy todo ensayo es pésimo
Incluso una acción es puro desenfreno
Diálogo absurdo sobre calles terrosas y compañías que no tendrán significación
Escapando de la moral urbana
Hurgando en la locura que de tanto tardar no será percibida en su arribo
Siendo así una parte disfuncional de un juego a veces hermoso u horrendo, pero siempre inconmensurable
Cuántas salidas al frio y en medio de las luces
Llenando cada arteria de distractores y sedantes
Haciendo vida de perro o de incomprendido creador
Jugando con personas
Con voces suaves y manos placenteras
Pregonando la infelicidad como un proyecto de vida
Como principio del momento de nacer
Sin concentración
Sin foco
Sin meta
No habiendo planeado ninguno de los pasos
Los certeros y los adulterados
Sólo peleando
Demandando un sueño incompleto; medio inconcluso; quizás inexistente
Hoy tal vez hasta oscuro
Siendo atendido para no derramar el último respiro
Experimentando dolor físico
Una trascendencia de moral y sinapsis
Sentimientos que obtuvieron materialización y exigen protección
Máxima defensa
Un apoyo incondicional a la fuente de su existencia
Que deja la decisión a la facultad de cierta alma o un tipo de energía que precede a la misma válida objetividad
Hoy fue un fuerte dolor
Una punzante deformación física que huyendo de la pena buscó romper las paredes de la piel
Las capas que cubren los latidos del pecho y los recuerdos del olfato
Y aún así un singular payaso asumió ser envenenado
O tal vez sobrecargado de odio y maldición sobre su espalda encorvada, obligada a enderezar su resistencia
Y entonces sumió su alarido de sobrevivencia en la insolencia absoluta
Su defensa es el insulto y la pelea
Sacar de cuajo manos y pies que golpean sobre los ojos
Que pretenden la miseria y el padecimiento de los ególatras e individuales
De los informales y sarcásticos
De la libre búsqueda de errores para aprender
Hoy todo ensayo es pésimo
Incluso una acción es puro desenfreno
Diálogo absurdo sobre calles terrosas y compañías que no tendrán significación
Escapando de la moral urbana
Hurgando en la locura que de tanto tardar no será percibida en su arribo
Siendo así una parte disfuncional de un juego a veces hermoso u horrendo, pero siempre inconmensurable
Cuántas salidas al frio y en medio de las luces
Llenando cada arteria de distractores y sedantes
Haciendo vida de perro o de incomprendido creador
Jugando con personas
Con voces suaves y manos placenteras
Pregonando la infelicidad como un proyecto de vida
Como principio del momento de nacer
Sin concentración
Sin foco
Sin meta
No habiendo planeado ninguno de los pasos
Los certeros y los adulterados
Sólo peleando
Demandando un sueño incompleto; medio inconcluso; quizás inexistente
Hoy tal vez hasta oscuro
Siendo atendido para no derramar el último respiro
Experimentando dolor físico
Una trascendencia de moral y sinapsis
Sentimientos que obtuvieron materialización y exigen protección
Máxima defensa
Un apoyo incondicional a la fuente de su existencia