Natasha urbana
Ahí estaba su sonrisa. En medio de calles y avenidas. Feliz de ser. Alegre con su vida y sus vivencias.
Estaba su espalda. Sus piernas moldeadas y sus ojos de naturaleza. Bella como el sol de la mañana. Dulce como miel. Dejando tras de sí solo miradas intermitentes.
Nunca dejó de lado la ironía. La frescura de vivir todo aquello que venga. De cerca o de lejos. Como se haga más fácil; según los sentimientos.
Reíase incluso de su dolor. Mas de no del alma, sino de su guata. De su mala digestión actual y de los experimentos para mejorarla.
Toda una princesa es Natasha. La niña más bella de la urbe abarrotada. La mujer de las sonrisas espontáneas y la asimilación integral. La dama que más vive que proyecta. Se esmera y no descansa. Busca solo dentro de ella el sentido de su convicción. También los colores de su corazón.
Qué gran delicia es ver su pelo sobre su espalda. Para luego oírla hablar. Y saber que no termina de soñar.