Amiga

A ella una amiga pasaría las manos por la espalda. Para luego llevarlas más adelante mientras aprieto el pecho a su columna. Y así desabotono su blusa. Y arranco lo que me separa de sus tetas. A ella mordería el cuello. Con tierna violencia. Y miraría sus ojos para verlos claros y llenos de brillo. Aún no he de besarla. Solo la quiero saborear. Pasar la nariz por distintas texturas. Sentir que respira más fuerte. Pero sin todavía quejar. Sus manos algo aprietan. Pero más muevo el cuerpo por su cama de lo que ella hace con mi cabeza. Y entonces llego a la vulva. Y de fuera hacia dentro llevo los labios, la lengua y la saliva. Raspo con barba su piel afeitada. Y me dispongo a sentirla temblar.

De rodillas sobre la cama. Dando la espalda a su idolatría. Manos entrelazadas como falsas esposas. Que de igual forma la mantienen inmovilizada. Cabeza atrás. Tensa como el alma. Sudada como el muslo y la clavícula. Soportando con delirio el origen de su apertura. El intenso avanzar de un molde de carne. Que vivirá por esa noche dentro de la vagina. Para más tarde despertar punzando su boca. Aún sin habiéndola besar. A ella una amiga.

De rodillas sobre la cama. Con los brazos extendidos. La vista hacia atrás y tirada del cabello. Cabalgando en su columna. Violentada. Sorbida. Amada. Excitada. Tratada como bella perra de pasto húmedo y pasado seco. Como una princesa en su noche más impúdica e incontable. Empujada a la pared. Abierta de piernas que quieren descansar. Deseada como única mujer de la galaxia.

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