Eternidad


Hace un tiempo supe que no dejaría de aprender. Además que me costaría mucho vivir tranquilo. Siempre habría algo que solucionar. Una cosa más que no se logra entender. Siempre teniendo que emprender porque nunca nada finaliza. Y eso hace genial la vida. Pero a veces la vuelve una tormenta.

Poseo en el cuerpo una extraña sensación. Una eterna tensión. A veces me hace mal despertar. En otras es un encanto comenzar un día. Pero hay nervios en mi vida. Miedos sin canalizar. Aguas medio turbias que deben limpiarse en el camino. Fortalezas ocultas que debiesen hoy salir a pelear.

Impaciencia. Falta de conocimientos. Voluntad. Desconfianza.

Alegría. Búsqueda constante de felicidad. Simbolismos. Instintos corporales que conectan lo que pienso con latidos del corazón.

Así pasan los días con esta mezcla en la cabeza. Y mientras tanto se cumple la maldita rutina de la urbe y el sistema. Plata que ganar. Cosas que comprar. Lugares que limpiar. Personas que oír. Esclavos que abandonar.

En ocasiones solo quiero descansar…

En noches eternas quisiera enfermar de la cabeza. Tener así oficialmente una vida pasajera. Más distinta que otras vidas. Muy diferente a los demás. Caer en medio de locura y así evadir el juicio de las personas. Que nada puedan hacer que me obligue a cambiar.

Extraño sentir mayor seguridad. Aceptar mi vida tal cual ha sido. Jugármela por lo que siento. Hacer feliz que quienes quiero.

Tengo retos. Desafíos y cosas que demostrar. Pero solo a mí. A nadie más. Y ha de ser entonces la empresa más importante de mi vida. Vivir la propia. Lucha por ella. Llorar por las pérdidas y derrotas. Gritar de alegría por una real victoria.

Quiero crecer. Expandir mi cuerpo. Alcanzar poder…

Quiero cuidar a mi padre. Velar por mi hija. Amar a mi mujer…

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