Inflexión

Basta. De sentimientos y emociones. Entiéndase. No basta de sentirlas. Sino de hablar de ellas. No más. Solo conocimientos y reflexiones han de bastar. Ironías. Críticas. Desencuentros y desavenencias. Los sentimientos para mi vida. Para mi amor. Para mi familia. Sea cual sea ésta.

A cada tanto se hace plausible un alma alocada que busca honestidad y grados de libertad. Un estado único y duradero. Relajo corporal y caos mental. Desorden que no involucra inseguridades. Sino más bien la complejidad de la cotidianidad.

Entonces se trata de Ser. No tanto de estar.

Imagino cómo terminar con los equilibrios. Cómo llegar a un espacio urbano-mental que permita retirarme de las personas. Alejarme de todos y de todas. Menos de quien yo quiero. Evitar palabras y evitar miradas. Evadir todo juicio en tanto no los genero.

Disfuncional. No hacer tal cual lo hacen los demás. No estar donde ellos. Ser individual. Autónomo. Incrustado en una vida pasajera que no advierte su buena fortuna. Pero que igual ha de buscarla. Un tiempo y espacio siempre presente. Destino de un pasado. Afluente de un histórico porvenir.

¿Cómo se hace la alegría?

¿Cómo se obtiene tranquilidad?

Quien tenga la respuesta. Y que lo diga. Que opte por partir sus venas. Y que deje escrita su verdad. No en una lápida. Sino en las hojas que sostienen su caída.

¡Quiero respirar!

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