Palabras del corazón
Qué haría yo sin su sonrisa. Sin su
belleza. Sin ese entorno estético hermoso que deja por cada lugar que se
desplaza. Llevándose todas mis miradas. Mi vista eterna puesta en ella. Mis
ojos que brillan al seguirla todos los días. Durante toda su vida.
Ella es mi Natasha. Mi Natashita.
La niña más hermosa que habita en la tierra y fuera de ella. La mujer de mis
sueños. De mis deseos más bellos.
¡Cuánto la quiero! Su piel es un
jardín de aromas apasionantes. Atados a la suavidad que solo ella logra poseer.
Es una dama de danza cósmica. Más bella que todas las estrellas. Más linda que
el mismo sol. Más brillante que la luna.
¡Cuánto quiero yo a Natasha! Se ha
transformado en el amor de mi vida. En la única mujer que no quiero nunca
soltar. En la musa de mis viajes. Mi compañía en hermosas mañanas. Unida a mi
alegría. A mí felicidad. A mis ironías y mis tristezas.
Toda una vida quiero yo pasarla
con ella.
Qué haría sin su sonrisa. Sin su
felicidad esencial. Ese agrado que lleva consigo a todas partes. Que al ver sus
ojos pequeños mi corazón me pide detenerse. Mis ojos me obligan a no mirar más.
A grabar su rostro en mi memoria.
Qué haría sin ella. Sin sus manos
en mi espalda y su boca sobre la mía.
Natasha es mi vida. Mi vida real.
Mi única oportunidad de magia y eterna alegoría. Ella es mi niña. Mi mujer. Mi pareja.
Mi sueño más candente. La única ternura que deseo admirar. La persona que
construye mi inmortalidad.
Al verla se abren mil ventanas. Logro
con ella cerrar la oscuridad de la vida urbana. Me lleva Natasha. Me saca de la
ciudad. Me transporta a una playa. A la costa más cálida de la tierra. A las
olas que cubren mi cuerpo y me hacen flotar.
Qué haría yo sin ella. Nada sería
de mí si no estuviera. Es mi amor. Mi vida. El destino de mis palabras más
lindas.
Ella es mi estrella…