Extraño


“Si una persona no te quiere, no te quiere no más”. Algo parecido decía la hija de Violeta Parra, según la película de Andrés Wood.

Se trata de trayectoria. Si no amaste nunca desde pequeño. Cómo pretendes amar hoy que eres viejo.

¿Acaso creíste que lograrías lo que en treinta años no pudiste hacer? ¿Acaso la vida tenía guardado un amor para ti? No fuiste salvado. No te salvaste. Las hormigas te comerán. No entero. Pero no te salvarás.

Se expande la soledad. Con o sin su piel en mis sábanas. El destierro es el mismo. La extraño. Me duele. La deseo y no está. Pero feliz no seré más en la vida. Casi lo era con ella. Jamás lo seré en la tierra.

Y así camino de la mano del aire. Buscando la valentía para dejar de existir. Cuatro años de pesar. Cansado de que todo salga mal.

Nunca fui más feliz que en esos días en que ella estaba en mi vida. Cuando me hablaba como guagüita. Cuando era mi guagüita. Cuando con ella despertaba y reía todo el día.

La extraño tanto. La echo tanto de menos.

Quién la va cuidar. Quién enviará los mensajes para que tome sus pastillas.

Espero de verdad que pueda volar. Y sé bien que así lo hará.

Y ahora nada queda más que la destrucción del alma. La fuerza de los latidos que no tienen distancia. Y menos un lugar donde llegar.

Fui feliz con tan poco. Con lo más simple de las personas bellas. Con la humildad del corazón y la suavidad de la piel. Con las miradas y las sonrisas. Con una o dos palabras. Con promesas que ya parecen recuerdos. Que siempre han estado y nunca he podido lograr.

Promesas que nunca he querido lograr.

¿Dónde está el espacio de la alegría?

¿Dónde existe la habitación de la felicidad?

¿Dónde está la fuerza para cambiar en un día todo lo errado en una vida?

Todo iba bien. Era una buena vida. Y hoy todo se despedaza. No hay trabajo. No hay hogar. No hay hijos. No hay padres ni hermanos. No hay ojos que brillen. No está ella a mi lado.

Abro los ojos y veo que todo ha sido en vano. Que la vida es virtual. Que existo solo por retratos que algunos guarden en sus memorias. Por imágenes que se borran luego de volver a respirar.

¿Dónde he estado todo este tiempo? ¿Todos estos años?

¿Acaso debí salir antes de este lugar?

Unos corrigen sus vidas. Otros optan por la locura. Yo no sé qué pensar. No tengo ganas ni fuerzas para nadar en el mar y volar en las alturas.

Solo. Como un hambriento en las calles. Un extraño. Un tonto. Un trozo de círculos despojados de su final.    

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