Estrella de tres palabras
Andaba por los aires. Se posó como
una extraterrestre. Se sentó junto a la ventana. Miró afuera y habló con
naturalidad. Olía hermoso. Lucía preciosa. Sentada derecha observaba moverse el
mar. Dispuesta a la admiración. Hizo gala de su vida. De su personalidad. De su
inteligencia.
Linda. Deseada fuerza que abre la
alegría de las mañanas venideras.
Irónica y persistente. Esmerada. Todo
en ella es certero. Nunca se equivoca. Nada olvida. Si no existe lo busca y se
lo apropia. Es clever. Precisa. Más linda
que una flor tras el brillo del sol. Una sutil alegoría de historias
disfuncionales transformadas en color. En música. En humos contraculturales que
indagan en la libertad. Su libertad y su existencia.
Todo lo que hace porta la atención
y las miradas. Su crecimiento ha sido blanco de la ansiedad. Punto de sueños. Destino
de plegarias libidinosas y sentimentales. Nunca estuvo tan cerca. Tan observada
como mujer más que niña mimada. Rodeada por fantasías. Por ilusiones de latido
perdidos. Por el deseo. Por la pasión.