Arriendo
Con el tiempo arrendaron un par
de piezas y un baño de madera en un patio dentro de una propiedad más grande
cuyo dueño era un tal Sr. Pérez. Vecino
Pérez, para ellos y los amigos. Aquel hombre era un pescador retirado que
levantaba murallas en construcciones. No tomaba alcohol y hablaba muy poco.
Gustaba de los perros y los gatos. Y tenía un lindo jardín bien cuidado. Que
con el tiempo sería mi primer cuartel. En ese lugar fui engendrado. Con placer
y amor desenfrenados. Y en ese lugar crecí en medio de amor paternal y
sobreprotección maternal. Entre tierra, pasto, flores, bichos, perros, gatos y
vecinos con mala educación.