Aún no


A mis trece años fui por última vez a San Pedro. Y fue la última vez que vi a la Marcela. Escuchaba a Luís Miguel y Pablo Ruiz. Patético, pero era bella y chistosa. Siempre me amó, según ella, pero nunca me dio la pasada. Como era mayor, yo creí que ahí estaba salvado, pero no hubo caso. No era mi tiempo. Hicimos de todo menos el amor. Pero de todas formas fue hermoso. Hizo de mí un tipo seguro y osado. Con el tiempo ella se fue a los Estados Unidos y un día me envió una carta con una foto de ella envuelta en la bandera norteamericana. Venía dedicada en inglés. Para entender lo que decía tuve que consultar un diccionario inglés-español. A veces la extraño. Cierro los ojos y la recuerdo tal cual era. Me encantaban sus piernas bien formadas y sus pies embarrados. Nunca una mujer me había defendido tanto.

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