Ídola
Esperando su olor. El color
moreno de su piel. La textura de sus piernas y sus pechos que atraviesan mi
ansiedad. Imagino su húmedo sexo invadido de mi respiración. Saco los sonidos
de su alma. Sus gemidos de miedo, dolor y placer. La quiero para mí. La quiero
poseer.
Es una locura hecha mujer.
Deambulante de brazos extraños y enfermizas distorsiones. Es deseada por la
manada en plenitud. Y todo macho quiere saborear su espalda. Pero es mía esta
vez. Se lo haré saber. Le haré el amor como la hembra que es. Como la fémina
sin destino que se lleva el flujo de la sangre.
Abro sus piernas. Huelo y me
entierro. Saboreo como la última vez de una vida. Con el nervio apretado de la
pasión en descontrol. Sus brazos hacia ambos costados. En amplia entrega y sumisión.
Su cuello es mordido y humectado. Sus ojos son clavados en la embestida de un
corazón que hoy se enamoró.
Ídola de sangre caliente. Niña de
senderos díscolos. El estilo de tu caminar tiene mis visión pegada a tu
cintura. Y mis manos mojadas de tanto tocar y sudar. Pero eres un peligro y una
osadía. Jamás te amaría más de la noche acordada. Pero he de extrañarte toda
una vida.
Te llevas mi idolatría.