Cierto estado cotidiano
Antes de dormir, antes de que lo despertara Blas, Álvaro pensó en esto: más que agotarse de sí mismo, a veces se cansa. Está, más que nada, decepcionado. Algo. No tanto pero ni tan poco. Hubo un momento en que pensó que las cosas serían de otro modo. A menudo siente que gasta mucha energía buscando energía. La meta es no hundirse. No es que la pase tan mal, pero tampoco la pasa tan bien. Sigue. Aguanta. Acepta. Álvaro cree que la mayoría de la gente es como él, pero no se dan cuenta o no quieren asumirlo. O quizás no. Álvaro, en rigor, no sabe cómo es o cómo se comporta la otra gente. En todo caso su vida podría ser peor. Mucho peor.
Aeropuertos
Alberto Fuguet, 2010, pág. 70