Mi tío Lucho
Mi tío Lucho fue mi
héroe de infancia. Al verlo mis ojos brillaban. Él era todo lo que yo quería
ser de grande. Alto, simpático, de pelo largo y barba. Era bombero y
futbolista. Jugaba como delantero centro en el ’20 de septiembre’. Tenía muchas
parejas y siempre había mujeres interesadas en él. Nadie en el pueblo le
pegaba. Era temido y respetado. Me dejaba salir hasta tarde, ir a la plaza,
beber alcohol y fumar cigarros.