Perdidos en el cosmos

Luz y brillo de la oscuridad en el cosmos. El más grato lugar. La ansiada falta de gravedad y el infinito tiempo de traslado. Cosmonauta introduce los sentidos hacia la pérdida total de longitudes y espacios. Aquí la vida se hace parte del perpetuo ritmo universal. Eres tú y tu viaje interestelar. Tú y tu destino cosmológico. Tu mente y corazón perdidos entre polvo estelar. No serás más un humano. Serás lo que tú desees en este concierto sideral.

Naces y vives para descolocar el tiempo y el espacio. Dejas de pertenecer y pasas a ser uno del otro lado. De la oscuridad o de la luz, depende de tu pasado. Vuelas y flotas. Intervienes tus genes y los llevas hacia mundos suprahumanos.

Cosmonauta es la pérdida absoluta de sentido terrenal. La ausencia de certidumbres, la entrada en la complejidad. El caos placentero se toma el cuerpo que danza entre planetas. Viajas en la cola de un cometa. Rotas en anillos estelares. Te pierdes en lunas desconocidas. Transportas tu vida entre estrellas que se apagan y otras que comienzan a respirar. Eres la aurora de una galaxia. Una supernova que deja su cuerpo en la ciudad.

Emerges al génesis existencial. Llamado estás a perderte en los inicios de la vida universal. A plasmar de forma real tu sueño de eterna inexistencia sobre las estrellas. Siguiendo órbitas desordenadas. Espectros desconocidos. Donde se encuentra la estancia de la existencia orbital. La absoluta alegría. Física, mental, íntegra. Rodeada de planetas. De viento y fuego solar. Caes y vuelves a soñar. Te aprestas al extravío universal.  

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