Andrés Caicedo
(…) Por favor,
no intentes averiguar nada de Patricita: ella no tiene nada que ver con esto, y
cualquier cosa que hagas en esa dirección sólo aumentará tu pena y mi
vergüenza. Olvídalo. Acuérdate solamente de mí. Yo muero porque ya para cumplir
24 años soy un anacronismo y un sinsentido, y porque desde que cumplí 21 vengo
sin entender el mundo. Soy incapaz ante las relaciones de dinero y las
relaciones de influencias, y no puedo resistir el amor: es algo mucho más
fuerte que todas mis fuerzas, y me las ha desbaratado.
Mis libros se
los dejo a Rosarito, y a Pilar y Vicky los que necesiten, a Ramiro y Luis los
que puedan servir sobre cine. Mis discos de Los Rolling Stones, a Guillermo Lemos.
Y ojalá que algún día puedan publicarse los libros sobre mi adolescencia que
escribí con tanto esmero: El
atravesado y Que
viva la música. Eso y que por favor incineren mi
cuerpo: ser devorado por los gusanos sería peor que seguir viviendo (…)
Cali,
Colombia, 1975