Miedo (segunda edición, 2014)
Miedo. Miedo de pasar debajo de
ella. Miedo de su frío y su calor. Miedo después de escuchar que su cercanía
miedo producía. Miedo al verla avanzar amplia, gigante, majestuosa, poderosa y
sutil. Los gritos del pueblo. Su arremetida improvisada. Su diversión que en
instantes se convierte en muerte y dolor. Su cara de espuma blanca trazada de
lazos verdes y azules. Su aroma a animal y plantas. La vida de quienes con ella
se fueron y apagaron su ímpetu y su color de piel. Miedo de verla y de actuar con
ella. Miedo de voltear mi espalda a causa de su fuerza. Miedo de no volar con
ella. Miedo de extrañar su frío y su húmeda manera de acariciar.
La extraño. La deseo y la busco sin
mover mucho mis pies. La quiero para mí. De vuelta en sus rojizas tardes y calurosas
mañanas. Voy en busca de sus pares y parientes. Algo tendré que hacer para ver
su capa mágica de escondite de los valientes y tumba de los osados. Es bella y
grandiosa. La más linda y la más peligrosa. Es la ola de los mortales y de los
inmortales que con ella alcanzan su trascendencia espiritual.
Miedo. Miedo tengo de pasar debajo
de ella. De doblar mi espalda y mis pies. De cansar mis brazos y hacerlos
débiles, pero fuertes con el tiempo. Miedo tengo de sumergirme en su abrazo y
nunca más salir de ahí, como a muchos les pasó. Miedo tengo de su calor y de
sus arenas. Y por ese miedo que tengo es que debo ir por ella y doblar mi
espalada y mis pies a sus súplicas de sumisión y respeto reverencial. Voy ahora
que respiro y que aún me queda movimiento. Su frío me paraliza, pero mi miedo
enfrentado traerá mayor satisfacción. Sí, miedo tengo, pero es rica sensación.
Es deber de los hijos del desierto y las arenas enfrentar el frío y la fuerza,
la corriente que absorbe y los latigazos que parten las columnas. Voy por ella.
Voy con miedo. Voy por mí y por mi vida. Porque su frío me hace despertar y el
miedo me hace vivir.
Si mi espalda fluye bajo sus
brazos, entonces no hay quien saque los pies de mis sueños. Voy por ti. Me
sumerjo en tus propios deseos y en tus propios destinos. Voy a ti mi ola
hermosa. Voy por el brillo que mis ojos siempre han tenido frente a ti…