Dislexia
Uno de los chicos tenía cierta dislexia, me parece. No
éramos tan amigos, no fui invitado a su cumpleaños. Le caí mal después de una
discusión parece, no recuerdo bien. Él, Renato Robledo, escribía en su cuaderno
hasta más allá del límite rojo. Llegaba hasta el borde mismo de la página,
giraba 90° y seguía escribiendo como quien dice hacia debajo de la hoja. Seguía escribiendo de forma vertical hasta
llegar al fin de la hoja y entonces viraba recto nuevamente y escribía en todo
el margen inferior y doblaba nuevamente hacia arriba hasta formar un cuadro de
oraciones, palabras, textos. Impresionante, le decíamos que debía llegar hasta
antes de la línea roja y seguir abajo en otra línea horizontalmente, pero no
entendía. Su estilo era poderoso. Obvio fue bombardeado de test y técnicas de
mejoramiento gramatical. Con los años cambió. Pudo escribir bien. Un año
después, creo. Pero su letra quedó mal, o sea, muy fea. Era una de las más feas
de la sala. De tercero en adelante empezó a invitarme a sus fiestas. Hoy Renato
es geógrafo y un gran ciclista.