Un rol
…un rol. Uno más solitario que
otro. Otros roles más solitarios que otros. Siempre en represión para no
ridiculizarse, para no pintar el mono.
Al hablar no establecía límites. O era todo risas o no hablaba con nadie. Solo quería
hablar con la chica de los chalecos de colores vivos. Ella era madre y ni
siquiera lo miraba. En ratos así no deseaba ser anormal. En ratos así quería
ser común. Un hombre que refleja estabilidad, un hombre como el que ella
necesita y no un hombre como es él.
Le falta intelecto y no siempre
puede pensar. No siempre tiene claridad. Hay momentos en que no recuerda sus
conocimientos, todos lo que tiene. No puede relacionar cosas, conceptos, ideas,
no puede opinar. Quiere hacerlo, pero no puede. Quiere decir, pero no. No tiene
ojos que lo atiendan. No tiene rostro, ni brazos, ni armas. Se pregunta quién
es. Qué mierda hace. Por qué vino solo a sentir que nunca se encuentra.
Álvaro apareció en ese momento. Estaba
serio, casi como grave. Alejandro lo miró…
¾
¿Y qué le digo?
¾
La verdad no más.
¾
¡Uf! Estoy falto de entrenamiento.
¾
Eso te pasa por esperar tanto para vivir de
verdad.
¾
Las mentiras son más peligrosas, jejeje...
¾
No en este caso, así que entreniénete buscando
agrandar ese pecho debilucho.
¾
Eso no es fácil… ¡Esto no es fácil!
¾
Bueno, ¿no querías tener vida?
¾
Sííí… eh…
¾
Ya po’, busca la tuya entonces…
¾
Pero cómo…
¾
Lo que te dé miedo, eso debes hacer.
¾
¿Y si muero?
¾
Entonces morirás con gloria.
¾
¿Esa es una buena muerte?
¾
La mejor de todas…
¾
…mmm… Así veo. Cuídate, ¿ok?
¾
Dale...