Ángel de ilusión (2008)
Te quería. Asumo. Sentí
por ti.
Pasó tiempo.
Construí una imagen
imborrable.
Supe que nunca más te
vería.
Te pienso, no te dejo.
Tu cuerpo y el mío son
corrientes distantes.
Se cruzan, nada más.
Y aunque escueta, anhelo
esa conexión.
Pero sé que no existirá.
Ahora te veo, te
escucho, te siento.
No entiendo es esa
barrera entre ambos.
Te vas, yo no estoy.
Te vas con tus ruedas
por la playa.
El viento se lleva tu
pelo, tu aroma y tu piel rayada.
Primera y única vez
juntos en la tierra.
Y hoy de ti no sé nada.
No estás bien ahora,
pero te recuperas.
Nada más.
Estas sola y así quieres
estar.
Buscas sanar.
Nada más.
Te veo más allá de las
estrellas en las noches negras.
Tras cada ventana que veo
en las caminatas errantes.
Respiro pensando que
estás cerca.
A un costado de la
pared, pero esta no tiene puertas.
Se que irás por el mundo
buscando sueños.
O pesadillas.
Eso lo único que nos une
y lo único de lo que hablamos.
Imagino tus pasos en
tierras lejanas.
Tu rostro contento reflejando
el corazón.
Sonrisas marcadas.
Gigantes ojos hermosos
divisando todo aquello que no conoces.
Que se presenta a ti como
lo querías: sin reconocer nada.
Espero que sonrías ángel
de mujer.
Que tus propios ojos vean
los colores de tus cuadros de vida.
Y que el brillo de esos
bellos ojos no sucumba a los destellos de las ciudades.
Pensaré en ti, lo haré.
Imaginando tú caminar
disperso por las calles.
Siempre en brillante
negro, blanca, piercing, tatuajes.
Con el mundo en tus
manos.
Con las copas en tus
manos.
Con mis ojos tras de ti.
Quizás un día ya te
suelte.
Veneno de ángel.
Fugaz calor de paso
subliminal.
No asistiré a tu muerte.
Sí a tu cuerpo en la
oscuridad.