Fin de
El fin de semana, por más que uno no quiera, sí es un fin.
Es un fin de pocos días. Un fin sin sincronía que nos hace agonizar apenas
despertamos. Y esto, desde que se nos ocurrió respirar.
El fin de semana se me hace a soledad sana y reflexiva. Esa
que se disfruta y por la cual se pelea, pero que siempre es solo soledad. La
miel de la mente que se escurre conforme tus ojos te hacen soñar. Eso, desde que
se nos ocurrió mirar hacia arriba.
Finales de porquería. Si no fuera por el deporte tal vez
ya hubiese aplicado la salida. El fin de la vida en días que se esfuman sin
recuerdo. Como un domingo en medio de calles silenciadas y calor tropical.
Mañana es un día menos o un día más. Pensando que se tiene
una vida que poner a prueba en día laboral. La bella esclavitud moderna. La sobrevivencia
con la moral resentida.
Fin de semana como el fin de la vida. Puta estructura
social. Te sobrevivo como un esclavo más. Hasta que decida eliminar tú codicia.
Hasta que deje de existir en una ciudad.
Gloriosa salida…
Gloriosa
entrada a la vida. El fin de un final para comenzar a respirar…