Los Cachorro

Esos estaban mal –pensaba. Tal para cual –asumió. Eran unidos, pero tóxicos. La Nana ‘Cachorra’ y su hijo Arturo, el del medio. El segundo de los dos que no lograron escapar de los abusos. Dos impúdicos y desenfadados. Pareja de carrete, pareja de robos, pareja sexual. Parte ambos de una familia enferma, fraterna y descompuesta.
Recordó una vez que habló con el hermano, el menor:
          ¾    Éste se cree Edipo.
          ¾   
          ¾    Ésta es mi mamá.
          ¾   
          ¾    A mí me salvaron de mi padre.
          ¾   
Solo miró. No recuerda haber hecho algo más. No supo qué contestar. Quedó extrañado. Sintió que ya lo sabía. Lo intuía. Lo sospechó una noche oscura que terminó con los dos afuera de la casa bebiendo ron. Ninguno estaba bien. La droga hizo efecto. Sintió que la vieja quería con Arturo. Le agarró el paquete, pero este huevón se fue. Terminó tirándosela él. Mal.
Sórdido todo. Era un amigo. Ella su mamá.
¡Qué días! No solo ellos estaban mal –pensó. 

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