La normal diferencia

No señores, no. No confundan. No son diferentes, son así.
No señores, no. Deben trabajar y lo hacen con gusto. Se ocultan, mienten, pero producen. Deambulan solitarios en medio de mentes aprendices.
Y mientras…
Leen, escriben, investigan, publican, crean conocimientos, crean palabras, crean mundos que de imaginarios se transforman en realidad.
No gente. No publican fotos de sus cuerpos. No tienen implantes ni exoesqueletos. Ven personas y ellas a ellos, pero nada de eso es importante.
¿Por qué una selfie? ¿Acaso no tienen nada que crear? Todos tuvieron kínder, ¿verdad?
No, no viajan a puro hueviar. Viajan y crean, van a universidades y congresos. No hacen tráfico, hacen conocimiento. Son seminarios, son charlas, son centros de estudio y revistas. Son tocatas, galerías de arte, museos, esquinas y calles.
Es a veces la búsqueda de sus propias vidas.
Y mientras…
Se ocultan, mienten, pero producen.
Sí. Fueron de drogas, pero con las mejores notas. Sí, salieron mucho y llegaron tarde, pero nunca faltaron. Sí, ironizan y se rebelan, pero con argumentos.
No conducen, leen. No van con catálogos de productos, van con libros. Son críticos y ofensivos y directos.
Entrenan para ellos, para la catástrofe y la guerra, para salvar vidas de otros planetas.
Y no, no tienen pegada una pizca de locura. Ellos son así.
No, no se ríen de todo. No son locos porque hablen huevadas o porque sean capaces de beberlo todo.
Van sin casa, sin familia, sin hogar. Van sin auto, sin capas ni maletines. No van a cualquier lugar. No se venden ni se arriendan. Tampoco se prostituyen. Son humanos y de los buenos. De los que miran horizontes y se atreven a soñar.
Más respeto. Escribir no es enchular. Crear no es ganar dinero. Ellos tienen vida que trasciende. Que se queda cuando dejan de respirar. Que abre mentes, no billeteras, ni piernas ni cachetes.
¿Cómo pueden creer en su locura si el mundo les encanta? ¿Cómo pueden creer ser anormales si buscan la fama?
Ellos no son su rostro o sus ojos o su cuerpo desnudo…
Son así. Elegantes inteligencias rebeldes… 

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