Deskarmiando
Se trata hoy de jugar. Reconozco mi fe en eso. Hace rato
que elevo plegarias viscerales al Sol, las dimensiones y los universos. Soy uno
en el borde, pero en estado de redención. Aún no he muerto, no pretendo
hacerlo. He visto un par de rostros del presente que llevan perfume en sus ojos
y sus cabellos.
Un camino que no deja de serlo. Nunca detenido, siempre
fue un vuelo entrecortado de anhelos y tropiezos. Aún no aprendo, solo no rehúyo
hacerlo. Creo estar en un sendero que no es todo mío. Ahora es de nosotros. Del
trayecto de un padre eterno y las sonrisas amplias de un par de cerebros.
Ahí en medio, sin olvidar de quiénes salí, de dónde
vengo.