Espirales

Algo de eso tuvo siempre. En este caso había una conexión corporal, química, como amor de por medio después de solo un par de días de interacción. ¡Un viaje de jóvenes a disfrutar lo que estudian! Cualquiera se hubiese podido enamorar en un instante así. No sé si ellos se habrán enamorado, pero pasó algo, algo que perduró, ¡cómo no! Son casi dieciocho años.
Espirales que portan vidas paralelas, se cruzan, siguen, pasan y en movimiento se vuelven a encontrar. Los mismos, pero distintos, grandes, bellos, con hijos, vida diaria, cuentas que saldar.
Habiendo cultivado la existencia plena, mas no tan clara, en estos momentos la energía de los ciclos los acerca nuevamente, el universo los quiere juntar. No dejan de comunicarse, por lo demás.
Pasó en Concepción, Chile, en la primavera de 1999. Coincidieron en un congreso latinoamericano de la disciplina. Ninguno de expositor, iban de estudiantes a aprender, nada más, a echar andar una carrera, tener vida luego de la familia y la escuela.
El azar quiso que sus respectivas delegaciones compartieran el alojamiento. Era un galpón militar dividido en dos piezas grandes con literas separadas por un par de baños compartidos. Al menos había agua caliente. El frío y la humedad abrigaban el paisaje verde y hermoso del lugar. En un lado, la glamorosa Venezuela; en el otro, el Chile real.
No sé si fue amor a primera vista, pero sí fue lo primero que vieron. Cada uno el rostro y la sonrisa y los ojos del otro. Todo pareció mejorar. Nada hacía presagiar lo que venía. Una cierta locura recorrió el lugar y llenó de pasión un frío congreso intelectual. En medio de la lluvia, hubo sangre que evaporó sudores y respiros.
Se conocieron de inmediato. No dejaron de hablar y de mirar como hablaba el otro. Compartieron tiempo, espacios, historias. Quisieron entender por qué ahí, en ese momento de sus vidas, el corazón estaba que salía por sus bocas. Supieron de abrazos, manos, besos. Sus cabellos entrelazados se pegaron en la piel bajo la luz  y en la oscuridad.  
Fue una locura. Fue asumida como tal. Una bella y riesgosa fuga de la vida. Tal cual el título del evento, fuga y transgresión. Espíritus libres sin saberlo. Corazón felices sin esperarlo. Una historia que trazó sus primeras líneas sin plan ni seguridad. Una historia que convirtió en espiral el movimiento de sus vidas.

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