Por el río


Si tan solo todo pudiese sanar en el mismo momento.
Un renacimiento.
Luz de vida de nuevo.
La alteración de la existencia por un respiro de mayor plenitud.
Un soplo duradero.
La certeza de sí mismo desde el año cero.
Así camino por senderos de pastos, árboles y ríos.
Pasajes calmos hechos para quienes persiguen un destino.
Persiguiendo construyendo todo al mismo tiempo.
Camino como un niño pidiendo deseos.
Hablo por sobre el mundo.
Oro a un bien enaltecedor.
Y es agua que corre y es tiempo que se desliza.
Todo seguido de mi asombrada mirada que nunca varió su sorpresa.
Nunca perdió su sino en desafío ni su esperanza valedera.
Tengo mucho que sanar, mucho que comprender, mucho que mejorar y fortalecer.
Tengo tanto que hacer.
Tanto y tan poco tiempo.
Tanto que en un mundo entero saldría de sus bordes para seguir pidiendo.
Sin tan solo todo pudiera sanar rápido y en el mismo momento.
Tendría en vista mi cuerpo, mis temores, mis culpas, la energía, el deseo y los movimientos.
Tendría en vista a mi familia y sus propios contratiempos.
Saldría de la mano de quien me acompaña en este momento.
De quien aparece en los mejores momentos.
De quien también sufre sus propios destierros.
Aunque feliz deambula entre sus misterios eternos.
Saldría feliz bajo su manto de aprecio.
Sobre su pasión y su entrenado cuerpo.
Tres citas que abren de amor los ojos.
Una casa de campo, una tela y un paseo.
El amor que aguarda soltar su ego.

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