Trazando

Buscando, queriendo encontrar.
Llegué a eso, a eso vine y en eso ando.

La oración es la primitiva clave de acceso.

¿Acceso a dónde? Es lo que estoy buscando.

Tras ando de un hilo a mi espiral.

Algo como esa corriente que lleva, despeja el cerebro, tranquiliza el alma y deja el rostro frente a un designio, una conexión.

Una interacción de sentido más allá de lo cultural, inserto en plena naturaleza, en el mismo universo.

Vínculo, activación, despliegue de un viaje iniciático, aunque infinito.

Un acto creativo, la acción de crear, amar, fluir en caudales expresivos.

La aceptación, el desprendimiento, la conciencia y la conciencia de tenerla.

Transitar en alta frecuencia, afectividad, estima, ética, pertinencia y estética en cada manifestación de energía.

Mi expresión, mi tristeza, mi alegría.  

Amor, eso. Vida.

Amor, vida y nada de muerte.

Que suene redundante, que se haga valiente.

Oración gratuita, genuina, espontánea.

Inspiración.

Que valga la pena la felicidad del riesgo, de la entrega y el destierro.  

Abandono y entrada en luz.

Involucramiento pleno en un contexto envuelto de corrientes y magnetos.

Tranquilidad, paz y calma.

Cautela, tenacidad y justicia.

La defensa del alma es verdad multiversal.

Amor, frecuencia, pleno sentimiento.

Meditación, reflexión, encuentro.

Unión, reunión, nirvana, movimiento.

Pineal, energía, virtud y misterio.

Vida en armonía, libertad molecular y franco encuentro.

Ritos en correcto orden de uso de energías.

Esas que busco orientar.

Como una roca y su denso misterio, como el agua y su fluido argumento.

Busco vibrar y experienciar más que ser un ciego.

Me hago parte de este viejo paradigma nuevo.

Ese que va uniendo pegando partes con el amor.

O sea que la vida es nuestro sustento.

Tan claro, tan bello y tan bueno.

Sanando mediante los estados de la conciencia y sus consejos.

Con ciencia, con espíritu y ciencia, con libertad creadora, trascendencia y sentimiento.  

Esa cosa pequeña que brilla para enviarte de vuelta al nacimiento, a tu partícula sitial en el concierto.

Método esférico, ruta experiencial del buscador honesto.

Así como yo en estos momentos, así como desde que tengo uso de razón.

Poder energético, bioquímico, espiritual, electromagnético.

Un mito objetivo presente desde el inicio de los tiempos.

Un origen al cual volvemos para encontrar.

Transformar, amar, llegar a ser pleno.

Ser, algo así, nada menos.

Conectar, prender el interruptor y emprender un viaje existencial, duradero.

Un giro práctico, cotidiano, multidimensional.

Dejar caer, iluminar, inspirar y expirar, activar y conectar con aquello, lo más grande, como lo quieran llamar.

Recurrir al perdón, rejuvenecer, bendecir y agradecer.

Controlar, redireccionar, orientar, acceder.

Sonreír.

Entrar, volver.

Fotografía: Camilo Leni Muñoz

Entradas populares de este blog

Banda sin nombre. Una historia de ciudad

Reseña del libro 'Lo Real' de Andrés Ibáñez (2023)

Así empieza

El origen de la herida

Un matiz