Giro imperecedero

En medio de un torrente positivo, una búsqueda de amor y origen, no cesa el golpe de las olas ni el azote de las memorias. Es bello cuando ello no implica una caída, sino más bien otra vuelta al espiral, un giro más en la majestosa danza cósmica resistiendo el embate de la cultural inmoral y corrupta.

A veces uno no solo vuelve al origen, sino también a los destierros. En ocasiones nos asalta la congoja y un susurro intenso. Un tambaleo en momentos donde no es posible dudar ni aferrarse a la gravedad. Sin embargo, todo ha de ser parte de los ciclos, de hecho lo es. Procede el aguante y ejercicios como este de acercarse a la creatividad.

No sé exactamente por qué escribo. No sé exactamente nada de la vida, ni la mía ni fuera de ella. Manifestarlo se trata de un escape, un ducto o una salida, un agujero negro hacia donde tener tranquilidad. Hay días en que clavo una parte más de mis significados en letras cuya existencia me es grata. Como que me salva, me sostiene, me aferra. De algo servirá alguna vez y no importa que así sea. He sido siempre parte de la anónima lealtad. Esto es tan serio que resulta una necesidad.

Pierdo certezas, pierdo tiempos, pero también pierdo cobardía. No apreté ningún gatillo ni me dejé caer suelo abajo, no salté y menos me hice cortadas en los brazos. Escribí para ser agua, aunque por dentro quisiera golpear al mundo. Estoy en eso que era agrandar el cuerpo, la energía y el espíritu. Esa búsqueda como de huevón mayor, de tipo adulto tardío, pero noble y nunca delictual.

Y entonces eso de amar y ser feliz cada momento no es tan eslogan de un sistema capitalista, es más bien como una postura, una ética universal o simplemente sideral, todopoderosa y completamente simple. Es más, es tan invisible como lo real, como aquello que precede a la materialización de los deseos, aquello que es relevante atender y escuchar.

Entonces la pesquisa es eterna, perpetua, perenne, inmortal. Entre el agua y el aire la luz y el cuerpo se adaptan al camino. Un trayecto en parte deportivo, artístico, académico, clandestino, espiritual, psicológico y existencial, una especie de fe, sino u origen. Ese trozo de respiro al cual uno ya perteneció y solo quiere recordar. Yo que andaba perdido en realidad no lo estaba tanto. Pasé a ser tan real como el viento.

Estoy aprendiendo a pelear, me sigue creciendo pelo, el tiempo avanza más rápido y se manifiesta un despertar tan hermoso como violento. Recibo el sol como el agua, no dejo de moverme ni ejercitar. Entreno para ese día que llega de una vez y nos hace parte del soplo y las mareas. Estaré caminando, trotando, corriendo, nadando, surfeando, boxeando, escribiendo, estudiando, jugando, viajando, peleando, amando. Estaré pegado a una sonrisa y el aroma de su piel. Iré de la mano de mi familia.

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