Tóxicos
Tóxicos. Hombres, mujeres, viejos, jóvenes, heterosexuales, homosexuales, bisexuales, transexuales, pansexuales, asexuales, todos, todas, todes, cuan más, cuan menos, todos termina-mos cediendo al ego, la inseguridad y la defección. Es como un modelo de relación, una construcción, una forma de hacer pareja y tener una relación.
Tóxico refiere a lo venenoso, lo dañino, infecto, virulento, deletéreo, ponzoñoso, perjudicial, contaminado. El ser tóxico refiere al ser negativo, el ser egocéntrico, narcisista, despreciable y despreciado. El gusto por ser dueños o por ser esclavos. El fetiche del seguro y del malo. Del pragmático que cree que todo en la vida es individual y dogmático.
El par de tóxicos, la pareja, sufre más que goza, llora más que ríe, resta más que aporta. Sometidos al desgaste emocional, se asumen amantes porque los embarga la pena. Pelean para entregarse a la impúdica, obscena y lujuriosa posibilidad de volver a empezar, reconciliarse. Ese principio mártir que todo lo absorbe y aguanta, pero que nada supera y nunca cambia. El placer de soportar ver como te cagan. Como aquel que se acostumbra a quien lo golpea. Como aquel que goza con ver sufrir a los demás. Como las mierdas que podemos llegar a ser como personas.
¿Cómo puede ser que quien te quiera -o al menos te provea de sexo- saque lo peor de ti?
¿Cómo puedes amar para subyugar, para someter, para doblegar?
¿Qué es eso de tirar para la estabilidad del hogar o para seguir teniendo plata?
¿Qué es eso de obligar y aparentar, de salirte con la tuya, de no ceder en nada?
Parece una pandemia, una especie de plaga pasional, una actitud entre indigna y delictual que se nos presenta como norma, o sea, normal.
Una vez terminé siendo un weón tóxico. Sucedió cuando los rollos mentales dejaron de lado la dignidad y se atrevieron a salir por la boca. Error. El lenguaje termina por hacer real una densa nube negra. Puras trancas, quiebres, heridas y crisis de existencia. En definitiva, wevadas. Nunca más. Lo pensé, lo dije, lo escribí. Nunca más una relación así, nunca más una conducta como esa. No hay excusa, ni drogas, ni alcohol, ni deudas. No vale el riesgo ni la tristeza, menos tatuarse una idiotez sin estética.
¿Qué es eso de imponer, de enojarse?
¿Qué es eso de ser pesado, de nunca caer bien, de estar siempre ocupado, despistado o concentrado en otras cosas?
¿Qué es eso de los enigmas, eso de pensar en engaños, en traiciones, colusiones, delaciones?
¿Qué es eso de los celos? (los celos, weón oh)
¿Qué es eso de pillar al otro, descubrirle, buscar sus actos prohibidos o indagar en aquello que desconoce?
¿Qué es eso de revisar las cosas, andar buscando, tener las claves, hurgar, sapear, ser impertinente?
¿Qué es eso de la norma, de ser normal, de tener pareja para ir en contra de ella?
¿Por qué siempre hay que saber dónde está, con quién anda, qué hace, qué siente y cómo piensa?
¿Qué eso de vivir normado, siempre en la misma casa, tener la misma pieza, compartir el baño y usar la misma cama?
¿Qué es eso de casarse, contratarse, conformarse como institución social?
¿Por qué no se puede viajar y ausentarse semanas, salir, trabajar, estudiar, hacer tus cosas, tener tu tiempo, tu espacio, tu gente, tu disponibilidad?
¿Qué es eso de que ella es tuya, que no puede ser de nadie más, que se te debe respetar por eso, a ella por estar contigo y ni siquiera por ser ella?
¿Qué es eso de acosar, de molestar, de presionar, de ser crueles?
¿Por qué la desconfianza, por qué la maldad?
¿Qué es eso de tener un mal día cuando en rigor es soledad?
¿Por qué no solo se apaña, acompaña, apoya, cuida y regalonea?
¿Por qué no solo quieres y abrazas?
Una pareja se integra, no es forzada. Tiene bellas historias, no cosas que ocultar. Una pareja es real, no la pretensión de una verdad.
¿Qué tiene que ver ser tóxicos con amar?