Marejada

Las grandes olas hacen una crema del mar. Se mueven lento. Suben alto. Caen con enfado. Avanzan como hermanas. Van de la mano en el desierto. Se miran, sonríen, azotan las rocas. 

Erguidas y arrogantes. Divas de las orillas. Damas danzantes, soberanas y grandes. Diosas milenarias. Magna representación natural. 

Bajo ellas el desastre. La falta de espacio, de aire. Cavernas de agua. Agujeros de terror. Densa frialdad y angustiante encierro. La realidad. 

El mar como el carnicero. La corriente, un cazador. Masas de fuego líquido. Golpes de hierro hilarantes. Psicólogos del infierno. Castigo de la mano de los truenos. Majestuosidad. 

Sobrevivencia. Valentía para la vida y para lo que vendrá. Eterno entrenamiento. Morir un momento y salir a respirar. Brillar en el sol. Compartir con los miedos. 

Atravesar los destierros, las culpas, los anhelos. Nadar para volver a comenzar. Salir entero y alegrarte de felicidad. Seguir aquí. Explorando rascacielos.  

Un último viaje. Una más.

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