Abs

Se trataba de un domingo tranquilo. Lo era hasta ese estado (de WhatsApp). 
Ella apareció. Lo hace cada tanto. Es como los terremotos. Aparece poco, pero todo lo desarma.
Habla y provoca risa. Mira y enamora. Se le observa y quema la respiración. 
Es una especie de princesa que se transforma en la reina de su familia. 
Cierro los ojos. Su imagen encandila mi visión. Miro al cielo, al mar, al horizonte. Está algo lejos. La verdad ni tanto. Siempre estará, en realidad. 
Se ve estupenda, guapa, lo mejor que puede estar. Siempre ella tan bella Natasha una estrella. 
Cuánta estampa, cuánta perfección. Una sublime manifestación humana. Un estado de buen físico y satisfacción. Lindura elocuente. Felicidad candente. Elegancia, frescura, plenitud. 
Abs. Excelsos. Marcados como por el fuego de la vida. Bondad, exquisitez. Un primor. La piel que protege las sesiones de motivación. Esfuerzos físicos, cognitivos, emocionales. Un triunfo. Un camino claro hacia los sueños. Peldaño tras peldaño. Nunca perdiendo el sentido del humor.  
Se ve fuerte, potente, de pie cada día y cada día más bonita. Brilla. Ha hecho de sí su mejor versión. Respetos, amor eterno. Hermosas manifestaciones y significativos momentos. Recuerdos que entran con el olfato. Con las manos palpando su engalanado cuerpo. Le deseo.
Le quiero. 

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