Un matiz

La fiebre dio paso al repiqueteo del agua. Sonaba como gotera, como manguera abierta. Caía desde el techo al mueble de cocina. Escurría hasta el suelo. Parecía efecto especial. Es un departamento.  
Se filtró además en la pieza, por dentro del closet. Escurría hasta el suelo. 
La fiebre dio paso a la acción. Tigro se asustó, se escondió debajo de la cama. 
Era como si lloviera fuera del departamento. Mágico, surreal.
El piso se mojó. Alerta. El agua llegó a los ascensores. Idas y vueltas. Algunos gritos. Muchos llamados. Personas corriendo. Arriesgando el cuerpo usando un llovido ascensor. El corte de luz. Luces de emergencia. Los ascensores dejan de funcionar. 
Desborde. Sin protocolo de emergencia. Treinta largos minutos de agua escurriendo desde la piscina al estacionamiento. Era como una intervención, algo como arte en espacios internos. 
El piso mojado. Toallas, papel, escoba, short y chalas. Botando agua, sacándola hacia fuera. Poniendo barricadas, tratando de orientar. Nada. 
El piso reblandece, acaba de chorrear. Se eleva. Tranca las puertas. Daños en las puertas. El viento debe entrar. Se respira humedad.
Secar, limpiar, lavar. Secar, limpiar, lavar. Sin luz, sin ascensor. Tigro asoma la cabeza. Lo peor ya pasó.  
La vida en lo alto puede ser un encierro. Bajar veinte pisos, vivir. Subir veinte pisos, seguir viviendo. La esperanza determinada por una reparación. Ojalá rápida…
La vuelta de la tecnología. Un respiro. Un retorno lento del ascensor. Funcionando, pero sin luz. La oscuridad que transporta. Idas y vueltas sombrías. Incredulidad. Personas hablando bajo, otras alumbrando. Niños asustados, adultos reclamando. Se tomaron medidas. 
Una luz cálida medio sepia empapa el lugar. Un pequeño led de emergencia, la solución. El tono lúgubre del ascensor. Un ambiente íntimo, erótico, novelesco. Las idas y vueltas en sepia. Subir y bajar. Como un cine, como una sala de espejos.
Vivir imaginando cosas. Escribir sobre ellas. Dejar registro como sarro en el vidrio, como humedad en las paredes, como fluido en las comisuras. Ficción con la pareja. Sexo oral dentro del ascensor, en sepia, con Lofi en Spotify. Caluroso. Se abren las puertas. Se miran a los ojos. Delicioso. 

Entradas populares de este blog

Banda sin nombre. Una historia de ciudad

Reseña del libro 'Lo Real' de Andrés Ibáñez (2023)

Así empieza

El origen de la herida