Fugitivos desconocidos


En un día o dos, ya ni siquiera hay saludo  

De fugitivos a desconocidos,  

Miradas que amenazan la integridad.  

No eres, no te sigo,  

No somos lo que fuimos.


Hemos vagado en mareas verídicas,  

Tempestades de baja temporada,  

Intensas aunque pocas, irrelevantes.  

No es seguro reaccionar,  

Tampoco sabemos sobrevivir a los trozos.


Tenemos mucho que decirnos,  

Y mejor callar para cuidarnos,  

No hacer más de lo debido, funcional.  

Construir con seguridad, en ciernes,  

Cómo entregar emociones que no están,  

Cómo esperar amor con el paso de los años.


¿Qué es eso?  

El cuerpo hierve, se exalta,  

Surge un aroma encandilante,  

Una embriaguez de deseosas partículas,  

Cierta locura en la forma de caminar,  

El manejo adecuado de las manos,  

Confianza en materia y energía,  

Recíprocos jadeos, brazos atenazando.


Ah, la ruptura,  

El apego, la impaciencia, los celos.  

Husmear para conocer, para controlar,  

Siempre instrumental, proyectando un futuro,  

Nada más desmembrable, irracional.  

Vida de ideales y magias dispersas,  

Aburridos saberes y leyendas,  

Tratando de armar hogares, familias, roles,  

Sin sentido, imponiendo sin consultar.


Ante eso hay quienes se rebelan,  

Hay quienes, si no sienten nada, nada harán.  

Se vive en presente propio, en cada respiro,  

No en los imaginarios de una sociedad.

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