Actualidad política
Y así es como en la cabeza de un loco, un mago pasó a ser un demonio para salvar a un delincuente (anónimo).
El profesional malo termina dedicándose a la política (un profesor).
Las paredes hablan (la pared).
Gente, permítanme hablar leseras un poco. Pero esto de Monsalve y Valdivia es de lo más extraño. El timing, la forma, las similitudes. Los victimarios elegidos al dedo, hombres proclives a pensar con el pico, cada uno en posiciones clave, uno en política y el otro en el fútbol y los medios, ex de una política, además, con mucha historia farandulera. Por otro lado, las víctimas, al parecer tres (una de Monsalve y dos del Mago) les pasó lo mismo, no recuerdan nada. Todas fueron a comer y tomar. Es una movida perfecta para sacar del tapete a Hermosilla y, de paso, inclinar las elecciones. Aquello de los audios era tan grave que necesitó un shock así de grave para desviarlo. Resulta hasta obvio, casi como Homeland, operaciones típicas de espías y servicios secretos al interior del propio territorio. Casi una bandera negra, diría yo. Nos están utilizando en extremo, somos The Truman Show. Los medios masivos saltaron de una, salió una denuncia tras otra, la PDI hizo cosas extrañas (por decir lo menos), allanaron de inmediato la casa del Mago, los matinales solo hablan de eso, Ciper ni siquiera se enteró. Piensen algo, le pegaron al gobierno en uno de sus discursos más icónicos, el feminismo. Es una jugada maestra. Y claramente el gobierno reaccionó como cualquier títere que no sabe ni entiende qué chucha está pasando, porque no manda, no es la cabeza real y no tiene los medios para enfrentar a su propio aparato de inteligencia. Clásico en muchos lugares.
La realidad nos ha mostrado en el último tiempo, aquí y el mundo, cómo supera con creces a la ficción.
Puede que toda esta paranoia sea invento mío, pero parece de libro. Este país sabe ser un buen laboratorio de terapias (de shock).