Me embarga cierta oscuridad,
lujuria sostenida en elegancia.
Sin tapujos cuando no se trata de amor,
incompleto e incierto cuando de amor se trata.
Entorno errado,
costado torcido del abanico estelar:
el de vivir sin desafíos, sin esperanzas, sin miedos.
Cortes en la ruta que se encorva y subsiste,
que no cesa en olas ni marejadas,
donde he de ahogarme y disfrutar,
despertar, nadar,
entrenar, seguir respirando.