Cómo sacudirse el peso de las derrotas,
de las caídas que dejan su marca.
Cómo soportar, incluso,
la felicidad de hacer todo bien.
Cómo dejar a un lado el lodo interno,
la vergüenza, el juicio, el interés.
Cómo sostener esa sensación de ser libre:
viento en el rostro, calor en los pies.
Cómo dejar de desear, de pensar, de aferrarse.
Cómo, simplemente, vivir.
Hacer.
Respirar sin miedo.
Disfrutar el mero hecho de ser.