Él lo
dice en la narración cuando recuerda que fue expulsado del taller de J. Donoso,
cuando asume que su vida, sus gustos, sus errores, sí pueden ser de interés. Y
que tal vez sí tenga algo que contar al mundo, algo que decir que sirva a
otros, como yo, para no sentirse mal –a veces- por cierta desadaptación. La
historia le dio la razón. Y a mí me dio un apoyo. Ariel Roth dice que “él no la
hizo”, pero que tampoco está tan mal. Gastón Fernández, cuando le pasa un demo
a Balbo, dice que le “da un poco de vergüenza, así que debe estar bueno”. A eso
me refiero, al orgullo de hacer cosas que a lo mejor no rentan mucho, pero que
gustan y tienen corazón. Por eso son decentes, gloriosas y una evolución de las
personas.