Juegos de realidad


Las mentiras a menudo útiles, nunca internas. Pueden ser instrumentales, nobles o maquiavélicas. La verdad se sostiene, soportando vergüenzas. Reconocer el sentido propio. Vital. Dar espacio al pensamiento, sin importar que incomode o duela. Permitir que rompa y transforme. Sin apego, lágrimas o penas. 

Mejor no mentir, aunque suene arrogante. Mirar a los ojos y decir. Plasmar la verdad con tacto y gramática. A veces, omitir. Callar, una regla. Amarse mucho, esencial. Nunca perder la individualidad. Hemos de estar solos o con quien deseamos. No hay otra opción. Ninguna relación se funda en miedo o dependencia.

Si estás con alguien, debes aportar. No se trata de ideales o sueños. Vivir el presente es crucial. Ser cautos, genuinos, espontáneos para bien o para mal. La autenticidad prevalece, aunque puedan pensar mal. La sociedad esparce rumores, bajezas.

Van a juzgar, hablar sobre aquellos troncos que no enderezan. Habrá juicios, comentarios, infidencias. Dirán que son raros, que tienen carencias, que son disfuncionales, que no entienden la realidad. Que son diferentes. Que se drogan por naturaleza. 

Hablarán sin conocimiento. Sin sentido común, menos ciencia. Inventarán historias densas, oscuras, violentas. Pensarán que ellos son personas, los demás bestias. Estigmas inevitables. Moldes preestablecidos. Religiosos y curriculares. Sin libertad, sin acción. Solo recelo y falsa conciencia. 

La necesaria firmeza. Las armas contra prejuicios ajenos. Peleando con amor. Auténticos, enfrentando los desafíos que conlleva. Qué otra forma. De qué otra manera.

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