Entradas

Hacia el puente

Imagen
¿Cómo transformar lo oscuro en un horizonte iluminado, donde resuene música elegante, las almas caminen con calma, hablen de sus sueños y se sientan plenas? ¿Cómo convertir el presente en algo sofisticado, estético, bello? Hacer bien. Hacerlo bien y dejarlo eterno. El brillo, la luz: tan cercanos a los diamantes, tan frágiles como las ilusiones. Ese estado de esperanza que roza las estrellas, cuando los ojos buscan su origen, y en el encuentro se disuelven el silencio y la plegaria. Aquí abajo, en las calles, florecen el deseo y la sobrevivencia desnuda. El ardor y el desenfreno se encaraman sobre cada corazón desgastado. Todo funciona, sí, pero sin alma. Sentir, pensar, soñar: delitos en un mundo actual  Cuerpo y dinero. Poder y ambición. El que sonríe pronto será acribillado. ¿Por qué lo efímero se torna adicción? ¿Por qué perseguimos sin tregua el placer? ¿Se trata de poseer o de conquistar la eternidad? ¿Será que amamos tanto?

El primero

Imagen
Avanzamos o caemos, a veces raudos, a veces lentos, mientras los nervios devoran por dentro, y la grasa sella arterias como secretos mal guardados. Las uñas desgarran la piel, y los pies bailan en un vaivén frenético, mientras la mente no cesa de pensar. El sueño, ese amigo esquivo, se marcha, dejando a los deseos como único refugio. Siempre hay un rumbo, un pulso inevitable. Como las mareas que acarician y devoran, como el aliento que se ofrece y se retira, como el latido que nos recuerda que estamos vivos. Hubo quienes sucumbieron al peso del tiempo, quienes levantaron imperios sobre huesos silenciados. Algunos soñaron con cambiar el mundo; otros, simplemente, lo resistieron. De la tierra, siempre húmeda de memorias, surgían nuevas vidas, tan primigenias como el alba. ¿Y nosotros? ¿Cuándo respiramos profundo y hallamos sosiego? ¿Cuándo, si acaso, sentimos plenitud? Las preguntas son un río interminable, sabemos que su cauce nos lleva hacia la muerte. Pero, ¿y los sueños? ¿Se cumplen ...

El arte de caer

Imagen
Caída. Azote. Golpe que se intuye y no sorprende. Dolor. Clamor estridente. Súplica sin ninguna convicción. Pérdida, abandono: un derrame invisible de sentido, de todo gaseoso significado, un vacío cotidiano que gotea por las grietas del alma. Ella, quien perdura. Asombro amargo en el aire. Inhóspitas partículas danzando por el cielo. El aroma punzante de la crudeza, la miseria y la maldad,  toda una esquina, se mezcla con el eco metálico de una urbe fracturada. A veces, medio podrida. Un desastre entre el asfalto, fugas de dinero, compromisos evaporados en la fiebre del ego. Quién otro. Denso, caótico, egoísta. Culpa omnipresente que observa y escucha. un espacio erizado de barrotes invisibles, rejas forjadas en la moral de los demás. En la insana disciplina. La vida, como agua, encuentra siempre una grieta, una fluidez inesperada bajo un contexto seguro, aunque incómodo en su pragmatismo. Miradas fijas, cuerpos tensos, sueños sin alas, sin cables arriba ni raíces abajo. Pero en u...

Concreto

Imagen
Cómo es eso de escribir la verdad. Eso de decir lo que uno siente. Ser valiente y hablar. Expresar y que se vaya. Que lo haga en voz, viento y letra.  De escribirlo todo rompería la sociedad. Sería una salida sin vuelta. Un reconocimiento de descalabro moral. Algo entre soledad, drogas y desórdenes sexuales. No puedo describir tal cual fue. Quisiera hablarlo para no huir. De igual modo me da miedo. Ojalá lo pudiera escribir de tal forma que, aun con vergüenza, saliera bueno. Admiro a los artistas. Son valientes. Como los deportistas, los soldados, las minorías. Algo que jamás entenderé en la vida. Nunca tuve los huevos para hacerlo. Nunca vi en mí a alguien real.  Soy un cúmulo de tormentos, pastillas y contradicciones que se adapta para no arriesgar, alcanzando validez ajena. Siendo otro más sin conectar. Un objeto sin objetivos, sin destino, sin lugar.

Noche buena

Imagen
La navidad se redujo a pensar qué haría ese día. Este día, un día como hoy. Plena libertad en los amargos torbellinos. Uno en la densidad, en la urbe. Yacía sobre un futón viejo mirando el mar. Había olas, sol, aunque frío. Nada faltaba. Cualquier otra cosa sería exagerar. Terminando el atardecer, caminó unas pocas cuadras hasta donde las doncellas, las amigas del barrio. Aún quedaban esos carros desvencijados en las calles. Una ciudad rota, psicosocialmente mal. Pagó una hora con la más joven, la más hermosa. Y se sumergió en un sexo intenso, pero desprovisto. Caliente y duradero, distante e impersonal. Una unión que comenzó como rutina y terminó siendo un despertar. Una especie de presente, sucio y extraño, de navidad. Ella acabó sentada sobre su cuerpo. Lo abrazó con fuerza, mirándolo a los ojos mientras apretaba el estómago y se estremecía. Era un instante hermoso y anormal. Para ser puta, parecía enamorada. Ambos se dieron las gracias, se miraron, y estallaron en risa. Entre la br...

Un día

Imagen
¿De qué escribiría? ¿De la cantidad de zapatillas que me he detenido a mirar? ¿De mochilas? ¿De mujeres? ¿De los millones que somos en el mundo? ¿De cuán distintos podemos ser? No lo sé bien. Nunca he tenido certezas. Ni en los proyectos ni en los instantes. Viajar cautiva, sobre todo hacia destinos desconocidos, pero las escalas largas hacen recular. En los aeropuertos hay personas que siempre están concentradas, como si el mundo entero se difuminara frente a sus ojos, absorbidos por un monólogo interior que solo ellos comprenden. Me pregunto cómo hay quienes son tan tranquilos. ¿Cómo pueden estar horas en el mismo lugar, en el mismo sillón, frente al mismo libro o el mismo computador? Parecen hechos de otra sustancia, inmóviles mientras el resto de nosotros flota, inquieto, de un pensamiento a otro. Cada quien podría tener aventuras, conocer a alguien, hablar con extraños y descubrir culturas ajenas. Y sin embargo, nadie lo hace. Todos parecen apurados, determinados, ausentes aquí y ...

Ecos del abismo

Imagen
Morder un durazno con pasión. Aspirar su aroma, absorber su dulzura. Hundirse en lo profundo, respirar el abismo. Más allá del cielo, casi rozando el corazón, sentir los gritos de un mundo agitado: caos, ardor, lujuria desbordada. Saqueos de piel, violencia adictiva, un enigma que seduce como un oasis en el desierto, calor en un recoveco empapado. Palpar la textura de los poros, observar con el ojo de un microscopio. Ver los vellos erguirse, el hedor brotar como un secreto. Seguir al vapor que danza en los colores del espacio. Verter sueños junto al humo, mover el cuerpo al ritmo del deseo. Beber la niebla de un beso, amar hasta las llamas del placer. La sangre se arremolina, exige estallar del cuerpo como un relámpago en un parque desierto. Roce. Silencio que acaricia. El tenue pulso de una interacción. Latidos unísonos, desesperados, manos que se aprietan como dagas clavándose hasta el alma. Algo se revuelve en las entrañas, afecta el estómago, el cerebro, y rompe la frágil seguridad...

Actualidad política

Imagen
Y así es como en la cabeza de un loco, un mago pasó a ser un demonio para salvar a un delincuente (anónimo). El profesional malo termina dedicándose a la política (un profesor). Las paredes hablan (la pared). Gente, permítanme hablar leseras un poco. Pero esto de Monsalve y Valdivia es de lo más extraño. El timing, la forma, las similitudes. Los victimarios elegidos al dedo, hombres proclives a pensar con el pico, cada uno en posiciones clave, uno en política y el otro en el fútbol y los medios, ex de una política, además, con mucha historia farandulera. Por otro lado, las víctimas, al parecer tres (una de Monsalve y dos del Mago) les pasó lo mismo, no recuerdan nada. Todas fueron a comer y tomar. Es una movida perfecta para sacar del tapete a Hermosilla y, de paso, inclinar las elecciones. Aquello de los audios era tan grave que necesitó un shock así de grave para desviarlo. Resulta hasta obvio, casi como Homeland, operaciones típicas de espías y servicios secretos al interior del pro...

De-a-dos

Imagen
Sorpresas que no terminan. Estados que no nos olvidan. Ciclos por siempre abiertos. Espacios que no se detienen en el tiempo. Todo parece cambiar, pero sobre bases que nunca lo hacen. Persisten, crecen, transforman sus formas, aromas y colores, mas sin desaparecer.  Alguien dijo, al parecer, que son dos en un pulso intermitente quienes sostienen un lazo. El amor, el deseo. En un momento uno, en otro momento el otro. Graduales presentes complementarios. Una danza, un movimiento. Potente, lindo, inmenso. Un cambio de timón para el mismo curso intenso.  La belleza de captar y entender. Verse crecer. Pasar de un estatus a otro. Hacer dual un todo. Arriba, abajo, a un lado, al otro. Dialéctica del cariño. Caudal de un río en eterno movimiento. Como los espirales y los círculos. Como la vida en cualquier lugar. Universal, b ello. Te quiero.

El humo, los sueños

Imagen
¿Bocanadas para no soñar? No sé qué pensar Suena mal, pero no sé... Soñar no es cómodo me despierta,  y eso suena peor Para eso escribo: para darme cuenta de estas prácticas instaladas protectoras, defensivas ¿De qué? ¿De una vida? ¿De sueños e interrupciones? Quiero aclarar: me refiero a los sueños como esas imágenes de la mente al dormir, al descansar. No hablo de metas ni proyectos, sino de texturas y colores, de ese universo creador ese espacio morfoenergético algo entre visión y sensación corporal Un sueño... o una pesadilla, da igual. Esos sueños ¿me incomodan? ¿Les temo? He asociado territorios con sueños, soñar de acuerdo a entornos, a olores,  a vistas,  a memorias. Hay una ciudad en especial, que me hace mal. Hay cosas que no quisiera soñar. No tengo control,  me desespero.  No disfruto transitar por un sueño. ¿Se debe poder hacerlo? Es evidente para mí: el cambio, lo que sucede cuando y lo que no. Basta que de noche no apague el cerebro (¡cómo suena e...

Distractivos desapegos

Imagen
Promuevo el desapego, como quien siembra estrellas en la vastedad del cielo. Cultivo el egoísmo, no como un vicio, sino como una flor que florece en la independencia, en un jardín de soledad serena. Creo un espacio libre, un mundo amable que acoge como un abrazo, donde las culpas se desvanecen como niebla al amanecer, y los juicios son solo ecos que se pierden en la distancia.  Aquí, nada es claro, y menos aún correcto; todo se disuelve en un mar de incertidumbres, donde la moral se estira como un suspiro largo y los valores se transforman, flotando como hojas en el viento. No me pregunto si está mal o bien, pues no creo en dualidades, sino en la danza infinita de múltiples vientos.  No busco orientación; recibo lo que doy, y en ese intercambio, el respeto se convierte en un lenguaje compartido, profundo, ni tan lento.

Fugaz

Imagen
  Agosto, 1994

Marcas

Imagen
Eran muy pequeños para tamaña pasión, se suponía. Parecían convencidos. No del amor, sino de demostrarlo. Enamorados y ansiosos. Asumiéndose solos en el mundo. Como atados por un hilo, una fuerza.  Recibió un llamado extraño. Era ella, pero hablaba distinto. Parecía dormida o borracha. Se preocupó. Si él era intenso, ella estaba más allá de la media. Salió rápido a la calle, tomó un taxi y pidió prisa. El chofer algo captó. Preguntó si estaba bien. Respondió señalando que se trataba de su novia. El auto aceleró.  La puerta estaba abierta, no había nadie. Todo estaba apagado. Habló y nadie respondió. Subió al segundo piso. Entró a su pieza. Ahí estaba ella, desnuda, llorando sobre la cama. Tenía un tatuaje nuevo en la espalda y había una botella de gin bajo la almohada. El tatuaje era precioso. Sintió pena, aunque también admiración. Su novia tenía quince años, se había tatuado, estaba ebria y tenía una crisis. Tenía vida y carácter.  Tomó las cobijas, la tapó. Ella saltó ...