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Mostrando entradas de febrero, 2011

Natasha urbana

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Ahí estaba su sonrisa. En medio de calles y avenidas. Feliz de ser. Alegre con su vida y sus vivencias. Estaba su espalda. Sus piernas moldeadas y sus ojos de naturaleza. Bella como el sol de la mañana. Dulce como miel. Dejando tras de sí solo miradas intermitentes. Nunca dejó de lado la ironía. La frescura de vivir todo aquello que venga. De cerca o de lejos. Como se haga más fácil; según los sentimientos. Reíase incluso de su dolor. Mas de no del alma, sino de su guata. De su mala digestión actual y de los experimentos para mejorarla. Toda una princesa es Natasha. La niña más bella de la urbe abarrotada. La mujer de las sonrisas espontáneas y la asimilación integral. La dama que más vive que proyecta. Se esmera y no descansa. Busca solo dentro de ella el sentido de su convicción. También los colores de su corazón. Qué gran delicia es ver su pelo sobre su espalda. Para luego oírla hablar. Y saber que no termina de soñar.

Carta desvergonzada

Valparaíso, febrero 09 de 1976 Recordada Paloma… ¿Qué puedo decirte? La nefasta paternidad me acompaña desde antes de nacer. Solo me armo de cariño. Una especie de constante destino. Sé que amo. Que la amo a ella. Que alguna vez te ame a ti. Pero aún así el daño persiste. No lo puedo evitar. No estoy. No deben conmigo contar. Soy un humano incompleto de educación y emociones. Ahora debo ir. Tal vez huir. Seguro no estoy de volver en marzo a la universidad. No iré por siempre lejos. No me puedo alejar más todavía. Ella y él. Mi hija y mi papá. Enlazan mi nariz a los aromas de este lugar. A mí manera. La que hay. La que he podido elaborar. Al parecer la única persona que puedo cuidar. O por lo menos influenciar con mi respiro. Es mi papá. Un confuso pensar que solo responde a su cariño y su bienestar. Se me pasan los años. Poco me muevo. Gasto tiempo en planear mi propia vida. Y hasta para eso necesito mi existencia transformar. ¡No creerías las cosas que he hecho! Solamente pa