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Mostrando entradas de octubre, 2013

Rompimiento

Un orgasmo improductivo. La soledad que se impone a la pasión. El acto sin afecto. Es solo sexo y ahora sin amor. Así la veo y ella solo sonríe. Desnuda sobre la cama en la pieza oscura. Solo la luz del pc la envuelve. Se puede ver su silueta. Su hermoso cuerpo. Su rostro. Sus ganas. Sus ojos no. Tampoco su corazón. Pero sonríe y se entrega. Juega en la urbe con su cuerpo mal instruido, pero decoroso y adiestrado. Y algo no es tan limpio en la pieza. Y al menos estos animales no están abrazando sus olores. Ni sus besos son los mismos. Son más cortos. Menos intensos. Casi gastados. Y encuentro ajeno ese aroma que ya no es mío. Entro en su cuerpo con insatisfacción. Ella lo recibe con displicencia. Y de todos modos gozamos. Nos vemos de cerca. Nos tocamos. Pero busco y no llego. La huelo y no la encuentro. Se ha ido. No está.   

Desde una fotografía

Desde su foto. Qué no le haría. Cómo convertirla a ella en un ser real. Que lo es. Que existe. Que está en un lugar lejano a la distancia y cercano al amor. Deseada silueta de niña que crece como una mujer soberana. De labios gruesos. De ojos grandes. De talento infinito y desolado corazón. Sueño con sus mañanas. Con sus latidos y suspiros. Con los gemidos que abrazada a mi despliega de su boca. La quiero. Le quiero. La deseo como una presa de animal en temporada seca. Y entonces veo de sí preguntas eternas. Una mente creativa. Una vida casi sin carencias, pero con esferas abiertas que destrozan un corazón. Por eso el talento innato. Por eso sus letras magnas y sus diseños de profesional. Cómo no he de tenerla si se transforma cada día en un amor de mi vida. Si de solo leerla me siento atraído por ella. Cercano a ella. Pegado a su vida. ¿Por qué tan lejos? ¿Por qué no en mi hogar, en mi pieza, cerca de mi cama, atenazada con mis brazos y pegada a la pared? ¿Por qué no con mi boca

Asuntos diarios

Llamé a la Coni cuando desperté. Tenía que llamarla. Obvio, estaba mal. Y ya había llorado dos veces, según ella. Es muy enamorada. La tengo loca. Le pone harto color. Si no nos vemos en una semana piensa lo peor y se desespera. Nosotros terminamos. Es cierto. En serio terminamos. Pero cuesta que lo entienda. Tiene pegada la idea de nuestra eternidad. De que somos la pareja perfecta. Que nada nos va separar. A mí me da lata, la verdad. Pero no quiero que sufra. Además llamó su mamá para pedirme que no la dejara. Que le diera tiempo a su hija. Que estaba afectada. Todo mal. Fuera de eso. Mi problema es la U. Está difícil. Es último año y todos te presionan. Huevean. Te quieren ver afuera. Terminar la huevada. Que salgas a trabajar. ¡Una mierda! Me carga la carrera. Me carga el uniforme. Ni siquiera es cómodo. Me carga trabajar con viejas que mezclan la salud con la moral. Que piensan que el cuerpo se enferma por los gustos y la personalidad. Viejas ignorantes. Insanas. Hijas d

Diez mandatos

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( Diez mandatos o la construcción de un destino , 2008. Segunda revisión, 2013) Crea un hogar con los pedazos de salino líquido ocular. Forja una mazmorra con el iracundo sudor. Sube y ya no bajes más. Deja tus pies donde las sirenas toman el sol. Y di a sus oídos que extrañarás sus besos. Ya no bajes, quédate arriba muy arriba. Allí en la espalda del lienzo raso pintado de claro azul y fuerte rojo. Quédate en el dedo de la creación. Descansa sólo un poco y duerme solo sin imaginar. Ya no bajes, aquí nadie espera destruir la sociedad. Es un escenario de vidrios y luces. Una tela de bellas mujeres desnudas. Son sólo pequeñas esferas que nadie percibe luego de la explosión. Y por tu rumbo deambulan piedras, rocas y serpientes. Pero tu cintura sabe girar. Y tus manos saben golpear. Por eso ya no seas insolente. Sino mejor pasa al bando de los asesinos. O crea tu capa de súper héroe. Y roba las ropas de los prósperos, dejando la comida para tus amigos y las sábanas para tu ego

Se deja

No sé qué pensar. No sé qué pasa cuando miro hacia atrás. No me puedo encontrar. Pero así, mirando ventanas que se mueven, imágenes urbanas que cambian siempre, solo así, solo, solo mirando, es la única forma que me siento bien. Que siento. Que me siento. No quiero dejar de mirar. Aunque muera en esto.  

Barrio Concha y Toro

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Santiago de Chile, agosto 2013