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Mostrando entradas de agosto, 2013

Mezclando

La Coni –Constanza- la pitonisa del cambio mundial, es mí ex. Quedé pegado con su revelación. Ahora voy a seguir las señales. Todas. La música es mi vida. Mauro, también lo piensa. Lo dijo el otro día. Alejandro dejó la pega en la escuela y se va dedicar a tocar. La raja. Yo tengo que puro hacerla. No sé si terminar la carrera. Con Alejandro invitamos a Mauro para ir a Playa Blanca. Es buena onda. No lo conozco hace tanto, pero hay buena vibra. El huevón me está conociendo recién. No tiene idea, jaja. Vamos a una fiesta. Una poolparty de unas minas chicas. Y ya está toda. Le voy a decir a la Coni que dejamos la cita para la otra semana. Espero que no se quiera suicidar la huevona. Nos juntamos temprano. Pasamos por unos churrascos y algo de agua también. Hay que hacerlo. Después más tarde da la media sed. En la botillería, Mauro, por agarrar unas botellas, casi le agarra una teta a una señora. Me cagué de la risa. Nos fuimos compartiendo en el camino. Había de todo un poco. L

Fronteras

Ahí juagaba con muñecos articulados dentro de la casa. Siempre solo. Siempre fue más entretenido. Tenía Playmobil, GIJoe, Thundercats, y Transformers. También soldaditos de plástico color verde. Indios y vaqueros. Pelota de fútbol y calitas [1] con equipos para jugar partidos. Hoy he visto incluso juegos para celulares que emulan esa forma de jugar. Leía Condorito, Barrabases, Mampato y los tomos de Érase Una Vez el Hombre. Y leí cada número muchas veces. Me los aprendía. O sea, ahora lo sé. En ese entonces, me reía. Leí también libros como Ami, el Niño de las Estrellas, Juan Salvador Gaviota, Palomita Blanca, El Último Grumete de la Baquedano, Papelucho –pero del cual solo me leí dos completos y nunca más- y el odioso Don Quijote de la Mancha. También el funcking Vaso de Leche y cuentos de esos con diferentes finales, donde tú elijes el tuyo . Además de algunos catálogos Avon de mi mamá con los cuales me masturbaba mirando las modelos de lencería. En televisión veía Magnetoscopi

The Golden Path

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   The Chemical Brothers / The Flaming Lips Live  

Sin origen, sin herencia

Tengo una crisis moral impresionante. Falta de educación y voluntad. Consecuencia de familias disfuncionales. Y la personalidad retraída. Del enojo temprano con la sociedad. Tengo una crisis emocional que me hace parte del modelo. Soy uno más. Soy de los que pierden y sobreviven. Estoy, llego, cumplo. Pero sin respirar. La educación es la clave. Es el eje. Es la piedra angular. No hay más camino que la lectura. Que aprender. Que hablar. Que ver de cerca comportamientos adecuados. Que los espíritus sean unión psicológica y racional. Por qué destruir a quienes enseñan. Si lo hacen para las empresas. Esto no es pedagógico, es estructural. Esto no es capacidad individual, es la hegemonía del dinero. Asociado a nada. Habiendo perdido lugar. La economía era un medio, no un fin. Y ahora todo es dinero. Y para ello cualquier canallada puedes inventar. Tengo una crisis psicológica. El divertimento de la ausencia de moral. La liviandad de lo insustancial. Sin objeto, sin

May in august

Sentada en su banca de empleada. De alegre trabajadora. Dama blanca. Suave. De labios rojos. Mirada atenta. Cautivante. Sonrisa fina y tenue en un cuerpo pequeño de estético caminar y atractiva vestimenta. De geniales zapatillas y enérgica voz. Bella de opinión certera. De inteligencia curiosa y noble creatividad. Una mujer hermosa. Una joven sin maquillaje ni máscara. Con osadías y confusiones. Con aspiraciones elegantes y proyectos de humanidad real. Abraza el arte y dosis de alegría pura. No quiere infelicidad, sino la plenitud infinita. Que me lleva a admirarla. A desearla y respirar pensado en ella. A esperar el rumbo incierto de sus decisiones, el ánimo de su corazón y el roce de su cuerpo. Nada sé dónde está y mucho menos qué ella piensa. Solo la he visto. La he observado. He dejado caer en ella pizcas de cariño y ansiedad. He cruzado sus ojos y un brillo se manifiesta. Hemos cruzado palabras y se esparce la comodidad. Sola no está, tal vez solo mal acompañada. Mient

Raro

No es poco el tiempo que en ella he pensado. He peleado en las arenas del comportamiento correcto. Preguntando y no tranzando. Qué puedo hacer con ese placer que es hablarle. Con ese agrado que nace con solo saber de ella. Saber que respira. Que busca en portales de arte senderos a seguir en su mundo paralelo. Su mundo. Uno extraño y lindo. Que se cultiva y busca aprender. Que se viste de elegancia cada vez que lo expresa, lo sueña o lo piensa. Siempre quiero escucharla… A veces no estamos en el tiempo adecuado. Y de todas formas la vida te pone frente a una sonrisa que te invade el cuerpo. Y ante un cuerpo que además no puedes poseer. Aunque exista gusto y deseo. Aunque sea el único interés. No basta para ver sonreír más de cerca ni para decir palabras hermosas. A veces aun queriendo, no se puede hacer. No aquí, no ahora. Quizás antes. Después tal vez nunca. Eso es injusto. Y además algo triste… De todas formas estaré. Las estrellas no pueden cegarse a ver dos

Cierto estado...

Lo mejor fueron los jugos. Yo pedí naranja, obvio, y no había. Pomelo entonces –dije. Y tampoco había. ¿Arándano, lima, limón? Nada. Nada de cítrico había en ese local. Mal. Demasiado tercermundista. Y entonces opté por maracuyá. Y el barman me miró pidiendo disculpas. Tampoco había. Que odiosidad. Lo otro que había era frutilla, mango y melón. Y entonces pedí frutilla. La mujer que preparó el jugo le echó mucho azúcar. Ponía y ponía cucharadas de azúcar. Le pedí que parara, por favor. Me miró, batió el jugo y lo sirvió. Una vez en la boca, y pasando por la garganta, ese azúcar eran piedras dulces que explotaban mientras las tragaba. Qué sensación. Cada sorbo fue como una empalada de miel con abejas adentro. La raja. Ese jugo me duró media hora. Y pedí seis más después, mientras intentaba convencer a una doncella.

Otra vida

Y ella escapa. Se aleja, pero no abandona. La busco. La he buscado y seguiré buscando por ella. Pequeña. Letrada. Elegante. La única sonrisa inteligente que hizo cuestionar mis actos diarios… Yo quería estar con ella. Conocerla. Tenerla en otro lugar, con otros roles, de otra manera. Pero la prohibición se impone en el terreno de la oficialidad. Y el miedo así quiebra vidas que pueden cambiar el mundo… ¿Y aún estás? Así lo espero. Así lo quiero…

Brazos marcados de Poetisa

Ahora. Justo ahora. En este preciso momento. Aquí. Que es ningún lugar que importe. Miro a los lados buscando una salida. Una ventana casi mística a tu corazón. Soñando pensando en ti deseando que hagas lo mismo. Que estés. Que estés ahora también con tus ojos sobre mí. Nada quiero decir. Solo estar a tu lado. Para no hablar. Para no decir nada. Para no contar los minutos que nos separan y que nunca dejarán que nos podamos amar. Como siempre ha sido. Te imagino. Miro tus fotos. Te quiero aquí. Nadie más ha de comprender que llevo la vida que no quiero. Que a ti me une. Solo tú podrías escuchar. Yo a ti te extraño Poetisa. Tus brazos, tu silencio y tus ojos atentos…