Perdurar
Todo comienza con esa luz, ese brillo al cual uno vuelve porque lo conoce. Todo inicia con un deseo original esperanzador y aspiracional. Vuelve, enciende, respira, alumbra y sella. Deja que ese cuerpo y esa vida caigan hacia la más hermosa inmensidad. Perdurar es la consigna. Alcanzar un punto, un clímax, un espacio para flotar. Explora, hunde, viaja, vuela y activa eso que es tu mente. Una vez ahí ya nunca caerás de la corriente, solo sabrás lo que es felicidad, lo que es una pequeña muerte anunciada, seca y revitalizadora, una que estaba en esa caverna muy cómoda allá por el fondo del mar. Hermosa, ella y su figura, ella, su acción, sus penas y su libertad. En ella pensaba, algo así como que imploraba su existencia, transmitía, iba hacia ella porque solo he pensado en ella, mujer de paz e historias pasajeras. No hay mucho más que explicar. Y entonces así, convencido, avanzando, ajustando las frecuencias y los rebotes, hacia una búsqueda ansiosa, una especie de locura sanadora: senti