Estrepitosas caídas
Se gustaban. Atravesaban una crisis, además. Una extraña sensación de soledad, más bien un estado de presión social. Pareció una relación destinada a fracasar: intentos forzosos de personas heridas, mentes confusas, perdidas, nunca apostando del todo. Siempre bajo conveniencia para hacer o dejar pasar. Indecisiones pasajeras, lenta apertura incierta a un amor intermitente. Luz tenue, inestable, que conecta y desconecta. Sin buenas razones para perdurar. Frente a aquellas curvas bajas, entre otros rostros y otras calles, los espirales oscilan en danzas perfectas, llevando a encontrar miradas adictivas. Cuerpos altos, fuertes personalidades, un complemento de fuego para corazones rebeldes. Causas por las cuales no se deja de luchar. Espaldas tersas en delgadas líneas perfectas, la elegante lascivia de quienes no temen, de quienes abordan con intención de impactar, quienes arden bajo las estrellas. No todo es funcional. A veces no es pauta social. Los impulsos son verdaderos, doblan los e